Cuando se toma cortisona, o cualquier otro medicamento, vigilar la dieta es fundamental. De entrada, algunos medicamentos interactúan con determinados alimentos, y otros nos pueden complicar la pérdida de peso. La cortisona es un medicamento que se suele prescribir para el tratamiento de patologías como artritis, asma, rinitis alérgica o enfermedades de la piel. ¿Qué comer si tomas cortisona?, ¿cómo evitar los kilos de más sin riesgo para la salud? La premisa clave es seguir una dieta saludable, la mejor manera de evitar subir de peso.
Uno de los efectos secundarios de la cortisona puede ser la hinchazón o retención de líquidos, pudiendo también causar insomnio, acné, presión arterial alta, además de la hiperglucemia aumento de peso. Efectos secundarios que se pueden preveir con una dieta sana y equilibrada.
La dieta para aquellos que toman cortisona Lo primero que hay que subrayar es que en el caso de una enfermedad que requiera la toma de cortisona, hay que consultar al médico antes de hacer cambios en la dieta. Es importante tratar de mantener una alimentación lo más más saludable posible, reduciendo la presencia de alimentos demasiados grasos, bebidas alcohólicas, alimentos fritos o muy difíciles de digerir. También es aconsejable seguir una dieta baja en sal, para evitar la retención de líquidos, y con una alta concentración de proteínas. Si estás siguiendo un tratamiento con cortisona, apuesta en especial por las frutas y verduras, acompañadas de lácteos desnatados huevos, carne de aves y pescado, arroz y pasta, aceite de oliva virgen extra. Al igual que conviene controlar la sal, también hay que vigilar el azúcar, así como reducir el consumo de salsas y aderezos demasiado altas en sal y grasa.
También son aptos para la dieta los alimentos ricos en potasio, como frijoles, lentejas, guisantes, espinacas, hinojo, patatas, tomates, espárragos, piña, melón, uvas, albaricoques, higos secos, almendras, nueces, avellanas y piñones, lenguado, trucha, conejo y ternera.
Alimentos a evitar si tomas cortisona Hay que evitar los alimentos ricos en grasas, sobre todo cocinados de manera que aumenten su contenido. Lo mejor es optar por métodos de cocción más sanos (al vapor, a la plancha…), Para aquellos que siguen un tratamiento con cortisona, conviene mantener alejados de la dieta los quesos demasiado grasos, los embutidos y salchichas, los alimentos conservados en salmuera, condimentos de origen animal y las salsas y dulces demasiado ricos en azúcares.
Recordar que también es importante acompañar la dieta de una actividad física regular que nos ayudará a deshacernos de las calorías y a mantenernos en forma. Antes de emprender cualquier deporte, conviene preguntar al médico para saber cuál es la práctica o modalidad deportiva más adecuada de acuerdo a nuestra condición física y a la patología para la que estamos siguiendo un tratamiento de cortisona.
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