A los aditivos alimentarios les persigue la mala fama, pero ¿qué se oculta realmente detrás de la letra E?, ¿cuál es la lista de aditivos que podemos encontrar en los alimentos o bebidas? Aunque comúnmente pensemos lo contrario, los aditivos, aunque no siempre son necesarios, son seguros. Conservantes, espesantes, estabilizantes, la letra E que aparece en las etiquetas nos desvela su contenido en aditivos alimentarios. Vamos a ver más detenidamente que son los aditivos, cómo podemos reconocerlos y, sobre todo, saber cuándo son imprescindibles y cuándo no.
Hemos oído hablar de ellos, pero ¿qué son realmente los aditivos alimentarios? Por definición, son sustancias –naturales o sintéticas- que se añaden a los alimentos y bebidas –en cantidades mínimas y reguladas- para potenciar sus características organolépticas. De esta manera, los aditivos intervienen tanto en el proceso de elaboración como en su conservación. Los aditivos no deben variar las propiedades nutritivas del alimento o bebida, sino tan solo potenciar su sabor, su textura, su tonalidad y, al tiempo, prolongar su tiempo de conservación. Precisamente, de la conservación de los alimentos se extrae la mayor ventaja de los aditivos alimentarios, y es que nos permiten disponer de alimentos fuera de temporada.
Aditivos alimentarios listado
La letra E, establecida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, identifica a los aditivos alimentarios incluidos en los alimentos y bebidas. Siempre que se utilicen deben aparecer en la etiqueta de los alimentos. Esta es la lista de los principales aditivos alimentarios:
- Colorantes E-1. Se utiliza para mejorar el aspecto del alimento. En realidad no son necesarios, ya que no amplían el tiempo de conservación del alimento. Este aditivo puede ser natural –betacaroteno para mantequillas o margarinas, por ejemplo- o artificial –golosinas-.
- Colorantes E-2. SE utilizan en los alimentos en conserva, derivados cárnicos, embutidos, lácteos y dulces, entre otros, para evitar la proliferación de bacterias, levaduras y hongos. En este caso sí son necesarios.
- Antioxidantes E-3. Vitamina E o tocoferoles, cuya función es impedir la oxidación de las grasas (sabor rancio característico).
- Espesantes E-4. En este grupo también se incluyen los emulsionantes, estabilizantes y gelificantes y se utilizan para potenciar la textura del alimento (repostería, salsas…). Las podemos reconocer en las etiquetas como lecitina, almidón o alga agar-agar.
- Edulcorantes E-9. Para potenciar el sabor dulce de los alimentos. También se utiliza en lo productos light o bajos en calorías. El más conocido es la sacarina, pero también se usan otros como el aspartamo o el sorbitol (chicles).
- Correctores de acidez E-5: Como su nombre indica se utilizan para corregir el sabor ácido de alimentos y bebidas.
- Potenciadores del sabor E-6: Para potenciar el sabor de determinados alimentos.
- Almidones modificados E-14.
Aditivos alimentarios perjudiciales
Aunque el uso de aditivos está vigilado y controlado –las autoridades sanitarias revisan periódicamente la lista de Ingesta Diaria Admitida de este tipo de sustancias- y su uso se considera seguro, es aconsejable elegir los alimentos que menos aditivos contengan. Como hemos visto, algunos son innecesarios, como los colorantes. También hay que evitar sustancias más discutidas, como los nitritos y los nitratos, presentes sobre todo en los productos cárnicos, el ácido benzoico (conservante) o el glutamato monosódico (puede provocar reacciones alérgicas).