Carne procesada: Menos de 20 gramos al día. Es la cantidad recomendada por los especialistas para asegurarnos de no desequilibrar nuestra dieta ni nuestra salud. Y es que la carne procesada (embutidos, salchichas, bacon, comida preparada que incluye carne, como albóndigas o lasañas) no siempre es una buena aliada de la dieta, por su mayor contenido en sal, ácidos grasos y colesterol. Cuando hablamos de carne procesada hacemos referencia a la carne que no es fresca y en la que se han utilizado conservantes.
No se trata de prohibir, sino de moderar su consumo, no solo porque estamos ante un alimento más rico en grasas y sal, sino porque precisamente su mayor presencia en la dieta suele estar relacionada con una alimentación menos equilibrada y con otros hábitos poco saludables, por ejemplo, el comer poca fruta y verdura o el hábito de fumar. La recomendación de los especialistas es no superar los 20 gramos al día de carne procesada (embutidos, hamburguesas, salchichas).
Tipos de carne
Lógicamente, hay que distinguir entre tipos de carne, porque entre lo que se consideran carnes preparadas también se podría incluir el jamón, un alimento avalado por sus beneficios para la salud. Especialmente, si hablamos del jamón de bellota, el cual, entre otras características, contiene grasas vegetales (poliinsaturadas), las cuales ejercen un efecto protector el corazón.
Otro ejemplo, las hamburguesas, un alimento que, sobre todo a los más pequeños, suele gustar mucho. No es lo mismo una hamburguesa casera, elaborada con carne que se ha picado en el momento, que las que se venden ya preparadas y que contienen, entre otros, nitritos (para asegurar su conservación).
Si hablamos de ternera, ¿tomamos demasiada carne roja? Lo cierto es que, según los datos de los expertos en nutrición y alimentación, sí, ya que en nuestro país superamos con creces los 70 gramos a día de carne roja que se recomienda (250 gramos/día), es decir, de media consumimos casi cuatro veces más carne roja de la que sería aconsejable en una dieta sana y equilibrada. Y no se trata de prohibir su consumo, porque la carne roja también tiene beneficios, como el ser una interesante fuente de proteínas y minerales como el hierro o el zinc.
No es la primera vez que la carne procesada ha estado en el punto de mira. En nuestro país, las autoridades sanitarias redujeron la cantidad de sal que se incorpora a estos alimentos procesados, y un estudio internacional (Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición, EPIC, desarrollada en más de una veintena de centros hospitalarios de una decena de países europeos, entre ellos España) ha apuntado que comer demasiada carne procesada puede hacernos más vulnerables a los problemas de salud (obesidad, riesgo cardiovascular) y a una muerte prematura.
La moderación es, por tanto, clave en la alimentación, la cual ejerce un papel esencial en el cuidado de nuestra salud. Una dieta sana y variada debe basarse en un consumo moderado de alimentos de todos los grupos de la pirámide alimentaria.
