El sangrado de implantación es una pérdida leve de sangre que, aunque podemos confundir con la inminente menstruación, también es un síntoma de embarazo. ¿Cómo es y cuándo se produce? Vamos a tratar de dar respuesta a estas dos preguntas para resolver todas las dudas posibles sobre un sangrado que no tiene consecuencias negativas, aunque eso, lógicamente, no quiere decir que debamos ignorar las señales que nos envía nuestro cuerpo.
El sangrado de implantación se corresponde con el proceso de implantación del óvulo en el útero. Una vez fertilizado, el óvulo se divide para formar nuevas células y dar lugar al embrión. Una vez formado, el embrión pasa hacia el interior del útero, donde permanecerá durante todo el periodo de gestación. Durante este proceso, es posible que se produzca un leve sangrado, procedente de los capilares del endometrio, el revestimiento que cubre el útero y en el que se desarrolla la placenta y el saco amniótico.
Sangrado de implantación: cómo son las pérdidas
Las pérdidas, en mayor o menor medida, pueden dejar pequeñas manchas de sangre de color claro, entre rosa y marrón. Precisamente por el momento en el que aparecen pueden confundirse con un síntoma de la menstruación. Sin embargo, estas pérdidas o sangrado, a diferencia de la regla, tienden a ser más claras con el paso de los días, además de ser más leves. La regla, por su parte, es justo al revés, primero es más clara y luego se vuelve más abundante. Además de las pérdidas, hay algunos síntomas características que las acompañan y que, en caso de duda, pueden ayudarnos a resolverlas y a cerciorarnos de que, efectivamente, no se trata del habitual malestar menstrual. Así, pueden aparecer síntomas como náuseas, dolor de espalda, hinchazón de los senos y mayor sensación de apetito. Si aparece un episodio de éstos, y la regla no acaba de aparecer, hay muchas posibilidades de que se haya producido un embarazo.
Sangrado de implantación: cuándo aparece
Este tipo de pérdidas suele aparecer coincidiendo con la inminente llegada de la menstruación, unos días antes, por lo que si no tenemos una regla regular es fácil confundirlo. Suele aparecer en torno a los días 6 y 12 después de la ovulación. No siempre aparece, y si no lo hace tampoco entraña ningún problema, simplemente la mujer puede tardar más días en percatarse de que está embarazada. Según datos médicos, en torno a un tercio de embarazadas presenta este síntoma.
Sangrado de implantación: cuánto dura
La duración varía en función del organismo de la mujer. De media, suele durar entre tres y cuatro días, aunque como hemos dicho depende de cada mujer. Aunque no tiene consecuencias negativas, hay que informar siempre a nuestro médico de éste y otros síntomas, sobre todo si estamos a punto de confirmar que estamos embarazadas. Si encajamos en el perfil de los síntomas y señales que hemos visto, lo más aconsejable es realizar un test de embarazo y, para confirmar el resultado, acudir al médico.
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