Los piercing en cualquier lugar de la boca pueden entrañar riesgos y lesiones bucodentales. Aunque solo es visible al sonreír abiertamente o al mostrarlo, el frenillo de la lengua también es un lugar en el que se pueden poner. Pero hay que tener cuidado, porque el frenillo es una zona sensible, ya que se trata de un pliegue pequeño de tejido. Entre los cuidados básicos que debemos adoptar al realizar un piercing en el interior de la boca, incluido en el frenillo de la lengua:
- Cepillado de dientes y de lengua al menos 4 veces al día, usando un cepillo adecuado.
- Limpiar el piercing a diario con enjuague bucal (sin alcohol) dos veces al día y con suero fisiológico otras dos.
- Evitar tomar alimentos ácidos o picantes, como el limón, pimienta, mostaza…
- Seguir una dieta blanda las primeras 2 semanas para que la lengua se recupere sin problemas.
- Evitar hablar en exceso para reducir la hinchazón.
- Evitar fumar y tomar bebidas alcohólicas durante 2 semanas.
- Evitar jugar con el piercing.
- Beber agua. También podemos chupar un hielo.
Transcurrido el primer mes, es aconsejable retirar el piercing para hacer una limpieza y evitar la acumulación de bacterias debajo de la lengua, las cuales pueden causar irritación o aftas bucales.
Riesgos La moda suele marcar el lugar donde ponerse los piercing, una tendencia más propia, sin duda, de los más jóvenes, aunque en absoluto vetada para el resto. Sin embargo, hay que ser precavidos. Así, por ejemplo, el piercing en el frenillo de la lengua puede entrañar problemas tras su colocación. Entre los más comunes, inflamación, dolor, dificultades para masticar y hablar, alteración del sentido del gusto, aumento de salivación, sangrado, infección y alergia.
Además, a medio/largo plazo pueden aparecer otras lesiones periodontales o en los tejidos, como fisuras, abrasiones, deformidad en la zona, úlceras, crecimiento del tejido cicatricial o la denominada depapilación, o la pérdida del triángulo de encía que hay entre los dientes. La lesión más importante es la que se produce en la zona en la que el diente se apoya sobre la encía, causada por la inflamación de la crónica y que puede derivar en pérdida de hueso, mayor riesgo de infección y caída del diente.
Antes de colocarse un piercing, conviene tener en cuenta todo lo relativo a su cuidado, limpieza y posibles riesgos. Y muy importante, ponerse siempre en manos de profesionales, tanto para consultar todas las dudas como para colocar el piercing. En caso de que aparezca cualquier señal de riesgo, lo mejor es retirar el piercing.
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