El intestino vago es un trastorno común, pero al que las mujeres somos más vulnerables. Los síntomas más comunes son vientre hinchado, estreñimiento y dificultad para evacuar normalmente. En la mayoría de los casos, el problema se debe a los hábitos pocos saludables, como el sedentarismo o la falta de ejercicio físico, el estrés que se acumula a diario y una dieta poco equilibrada. Por lo tanto, para revertir la situación y poner remedio al intestino perezoso lo esencial es revisar la dieta y adoptar un estilo de vida mucho más saludable.
Síntomas ¿Cómo reconocer un problema de intestino vago? Los hábitos intestinales, lógicamente, varían de una persona a otra, estando determinados por factores como la edad, la alimentación o el estilo de vida. Las señales más frecuentes que nos alertan son la sensación de hinchazón, calambres, dolor abdominal, estreñimiento, sensación de pesadez en el estómago, ardor y malestar general en la zona del recto. No es un trastorno al que debamos subestimar, ya que si agrava puede provocar complicaciones como hemorroides, fisuras anales y prolapso rectal.
Dieta recomendada Una vez que adoptemos una dieta más adecuada comenzaremos a notar mejoría. El primer paso es seguir una dieta antiestreñimiento, y que debe ser rica en fibra, frutas, verduras, pan, pasta, cereales y yogur. Por el contrario, debemos limitar el consumo de grasas, proteínas de origen animal y alimentos como las salchichas. La hidratación es esencial también en este caso, siendo el agua la mejor bebida para promover la regularidad intestinal. En contacto con el agua, la fibra tiende a hincharse y, presionando sobre las paredes del intestino, estimulan las contracciones que favorecen la velocidad de tránsito. La cantidad recomendada de agua al día es de 2 litros al día.
De igual manera, es aconsejable realizar algún tipo actividad o deporte (adaptada a nuestra condición física), ya que estimula la motilidad intestinal, mantiene los músculos sanos y fuertes, especialmente de los músculos abdominales que participan activamente en las funciones del intestino. No es necesario machacarse en el gimnasio para lograr beneficios. Algo tan sencillo como caminar media hora al día es suficiente.
Y en el capítulo de los los remedios naturales, toma miel. Por la mañana, en ayunas, toma un vaso de agua tibia con una cucharadita de miel natural. El agua con miel, al igual que el agua con limón, limpia el tracto digestivo y ayuda a los riñones a drenar productos de desecho que se acumulan durante la noche.
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