2 de cada 10 personas conviven de manera habitual con el dolor, uno de los síntomas más comunes de enfermedades crónicas como la cefalea, problemas gástricos o el dolor de espalda. ¿Cómo paliar el dolor? Vamos a ver algunos consejos, sencillos y prácticos, para los casos más comunes.
Independientemente de la causa, es evidente que todo dolor resulta molesto y, en algunos casos, hasta incapacitante para desempeñar las tareas y responsabilidades del día a día. Convivir con el dolor, cuando se trata de enfermedades crónicas, puede convertirse en algo habitual. ¿Qué podemos hacer para paliarlo? Vamos a ver diferentes tipos de trastornos, y qué hacer, en los que el dolor suele ser un compañero de viaje:
- Cefaleas: El dolor de cabeza puede estar provocado por múltiples causas, siendo además uno de los trastornos más comunes. El dolor de cabeza puede ser un síntoma -por ejemplo, de un resfriado o gripe- o un trastorno en sí, como la cefalea tensional o las migrañas. Lo que nunca debemos hacer, si las cefaleas son continuas, es automedicarnos, ya que abusar de los fármacos puede desencadenar dolor de cabeza o agravarlo. Para paliar el dolor, en estos casos, hay que cuidar también la dieta (evitar, por ejemplo, los quesos fuertes, chocolate, vino…).
- Dolor de espalda: El 40% de los españoles, según datos médicos, padece dolor de espalda, generalmente provocado por posturas inadecuadas o por falta de ejercicio. El dolor de espalda también puede estar provocado por el desgaste de los discos invertebrales o por traumatismos, lesiones e, incluso, por estrés (tensión muscular y contracturas). La práctica de ejercicio físico es fundamental para prevenir los dolores de espalda, así como evitar las sobrecargas, adoptar posturas costuras y evitar el excesivo reposo. En cuanto a los fármacos, lo más habitual es tomar calmantes, relajantes musculares y antiinflamatorios, siempre bajo prescripción médica.
- Problemas gástricos: Digestiones difíciles, gases, empacho… son algunos de los trastornos gástricos más comunes y que suelen llegar acompañados de dolor abdominal. Pero hay otras enfermedades que también pueden provocar este dolor, como la infección de orina o problemas ginecológicos. Es importante atender a las señales y consultar al médico, sobre todo si se prolonga más de 3-4 días y va acompañado de vómitos, diarrea, pérdida de peso, fiebre, náuseas y estreñimiento.
- Reflujo gastroesofágico: Una sensación de quemazón en el pecho es uno de sus síntomas más característico, el cual aparece en torno a media hora después de comer. Un dolor que se puede intesnificar al cambiar de postura e, incluso, al respirar. Si el dolor en el pecho se acompaña de falta de aire puede tratarse de un problema pulmonar. Y si la presión es el centro del pecho puede alertar de un problema de ansiedad. Si se trata de reflujo, hay que evitar alimentos como la carne roja, las bebidas alcohólicas, los alimentos ricos en grasa, el café, el chocolate y el vino tinto. También es aconsejable cenar al menos una hora antes de irse a la cama. Para el dolor muscular se pueden tomar antiinflamatorios. Pero si se acompaña de náuseas, vómitos y exceso de sudoración, conviene acudir lo antes posible al médico.
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