¿Qué hacer cuando el termómetro se dispara? El verano, aunque es sinónimo de vacaciones, también lo es de calor, en ocasiones excesivo. Plantarle cara es posible, tanto en el interior de casa como fuera. Y para ello podemos echar mano de los remedios naturales de la abuela para combatir el calor, el cual se convierte además en un enemigo de la salud cuando además padecemos problemas como enfermedades crónicas y respiratorias. Los ancianos y los niños son especialmente sensibles al calor. De hecho, a medida que nos hacemos mayores nos hacemos más sensibles a la luz solar y tenemos menos sensación de sed. Las medidas preventivas son importantes para soportar mejor el aumento de las temperaturas.
Remedios en el hogar Un primer consejo es revisar la dieta cuando suben las temperaturas y evitar el consumo de ciertos alimentos que aumentan la temperatura corporal, como las espinacas, achicoria, remolacha, cebolla y ajo. Bajo la misma premisa también hay que moderar el consumo de frutos secos y alimentos fritos. Por su parte, hay que apostar por el consumo de alimentos como frutas y verduras, ricas en agua y en nutrientes esenciales para nuestro organismo. Además, el verano podemos comer variedades de frutas de temporada como los melocotones, que proporcionan a nuestro potasio y calcio. Las ciruelas son perfectas para aquellos que quieren desintoxicar el cuerpo, además de ser una fruta muy energética.
Incluso las cerezas tiene un efecto desintoxicante y remineralizante. El melón es refrescante y, por supuesto, la sandía, que que ayuda a proteger el cuerpo contra el calor intenso.
Es muy importante no olvidar cuidar la hidratación del cuerpo bebiendo mucha agua. También hay infusiones que nos ayudan, como las preparadas con plantas como el abedul, alcachofa o diente de león. Es mejor evitar las bebidas de la producción industrial, con exceso de azúcar como los refrescos. Si tenemos sed podemos recurrir a las infusiones de salvia, que también es excelente para aquellos que sufren de sudoración excesiva.
Para contrarrestar la hinchazón de las piernas, podemos poner en remojo los pies en una palangana de agua templada con sal o bicarbonato de sodio. Otra opción es añadir unas gotas de aceite esencial de menta, lavanda o naranja amarga. En la ducha podemos aplicar una crema casera para calmar la piel, mezclando yogur y miel.
Antes de irnos a dormir, es aconsejable abrir las ventanas para ventilar la habitación y dejando las luces apagadas (para evitar además la entrada de mosquitos). También podemos poner unas gotas de aceite esencial de lavanda en la almohada, un buen remedio para combatir el insomnio por calor.
Remedios al aire libre Al aire libre debemos ante todo tener cuidado para evitar las quemaduras solares, que pueden ser frecuentes en verano. Para paliar el dolor, un buen remedio es aplicar miel congelada envuelta en una gasa, lo que ayuda a enfriar el cuerpo. También puede resultar útil aplicar paños empapados en agua fría en el cuello.
En la lista también podemos incluir las soluciones naturales para beber y evitar el calor Entre estos remedios se incluye el té de menta, la infusión de cebada hervida en agua o en zumo de limón, sal, agua y bicarbonato.
Muy importante es utilizar gafas de sol para proteger los ojos y, en el caso de la ropa, apostar por las prendas de fibras naturales, como el algodón y el lino, para mantener la piel fresca. mejor los colores claros. Evitar salir en las horas más calurosas, entre las 12 y 17 horas.
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