La ansiedad es la enfermedad por excelencia del siglo XXI, y es que la ajetreada vida moderna nos hace llevar un ritmo muy acelerado a diario. Pueden darse diversos trastornos, siendo los más comunes la ansiedad generalizada, ataques de pánico, trastorno por estrés postraumático o fobia social. Los síntomas más comunes son excesivo nerviosismo, insomnio, sensación de descontrol y la aparición de pensamientos negativos, siendo el más grave el suicidio. No obstante, estos indicios pueden darse en mujeres que acaban de dar a luz, por lo que te damos unos consejos para ayudarte a detectarlos y superarlos.
Detecta los síntomasEs importante que sepas identificar los síntomas que te dicen que sufres ansiedad post-parto. Si te sientes especialmente inquieta, tienes una sensación constante de que va a ocurrir algo malo, no tienes apetito o te es muy difícil dormir, no dudes en acudir a tu médico para que te ayude. Pueden darse también una serie de síntomas que te harían pensar que estás enferma por otra causa, como pueden ser problemas de estómago, náuseas, mareos o sofocos.
No lo ocultesEs imprescindible que en estos casos no trates de esconder cómo te sientes, ya que eso sólo provocaría un distanciamiento del resto de personas. Esto, a su vez, se traduciría en un incremento del estrés y aumentaría la sensación de soledad, lo que empeoraría gravemente la situación.
Pide ayudaPedir ayuda a tus seres queridos es muy importante, ya que ellos serán los encargados de socorrerte en todo lo que puedan sacándote de casa y despejando tu mente. No obstante, también te recomendamos que visites a un psicólogo. A día de hoy todavía existen muchos tabúes sobre estos especialistas, pero sin duda son las personas idóneas para ayudarte a superarlo.
Piensa en tiA menudo los pensamientos intrusos provocan intensos sentimientos de horror en la madre que hacen que tenga una imagen espantosa de sí misma. Es por ello que debes dedicarte tiempo a diario y entender que esos pensamientos son producto de la ansiedad y no de tu propia personalidad. Organízate una dieta saludable, descansa todo lo que puedas, prepárate infusiones naturales y sal a despejarte a la calle cada vez que tengas oportunidad. Verás como, poco a poco, los síntomas irán desapareciendo hasta que ya no quede ni rastro de ellos.
