Hierbas medicinales en el embarazo: recomendadas y contraindicadas

Los remedios basados en plantas son cada vez más utilizados como un aliado para prevenir y mitigar los síntomas de diferentes trastornos de la salud. Sin embargo, ¿es posible recurrir a las hierbas medicinales durante el embarazo? Estamos hablando de una etapa en la que los medicamentos tradicionales solo deben tomarse bajo estricta supervisión médica, y únicamente si es necesario. ¿Sucede lo mismo con las hierbas medicinales?

Las hierbas y remedios herbales pueden ser una buena alternativa, pero no hay que olvidar que también pueden tener efectos secundarios y contraindicaciones. Incluso en estos casos, hay que tener cuidado porque puede haber remedios contraindicados en el embarazo.

Remedios naturales en el embarazo Los remedios naturales pueden ayudar a mitigar algunos problemas típicos del embarazo, como náuseas, insomnio, estreñimiento, infecciones del tracto urinario y dolor de espalda. Sí hay que señalar que, incluso cuando se recurre a las hierbas como remedios naturales, la recomendación es que solo se deben tomar en caso de necesidad, siendo aconsejable consultar al médico antes de tomarlas. Es importante, de igual manera, conocer cuáles son las hierbas que es mejor evitar durante el periodo de gestación.

Epecialmente en el primer trimestre del embarazo, el uso de medicamentos y productos a base de hierbas debe limitarse a los casos de necesidad real y siempre bajo prescripción. Las sustancias más peligrosas son los aceites esenciales y alcaloides, por el potencial de riesgo de aborto involuntario. Incluso el café, que en algunos casos se recomienda como un remedio natural, está contraindicado en dosis excesivas, así como el de otras plantas como nuez moscada o naranja amarga.

Entre otras plantas contraindicadas durante el embarazo, especialmente si se toma en dosis excesivas, se incluyen el ajenjo, manzanilla, bardana, ginseng, granada, centella asiática, Trébol, gayuba, enebro, perejil, menta, hisopo y salvia. Todas estas hierbas pueden ser ser dañinas o porque estimulan las contracciones del útero (el aumento del riesgo de aborto involuntario ) o porque causan irritación del revestimiento del útero, o incluso porque puede interferir con el desarrollo normal del feto.

Se debe prestar atención también a los remedios que no sean perjudiciales en sí mismos, pero sí pueden tener efectos negativos en dosis excesivas. Entre estos está el jengibre que, según varios estudios, es capaz de reducir las náuseas durante el embarazo. Más allá de estas directrices generales, sin embargo, en caso de duda lo mejor es preguntar al ginecólogo que, por el contrario, puede sugerir cuáles son las hierbas recomendadas en algunos casos, y las dosis adecuadas.

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