El parque del bebé ¿cómo ha de ser? El parque para el bebé es uno de los espacios más seguros donde vuestro bebé podrá relajarse, jugar y estar entretenido mientras su seguridad es total. Por otro lado, hay mucha gente que abusa de su uso y tampoco es del todo recomendable. Si bien es cierto, que es uno de los artículos de puericultura que más se venden ya que se pueden utilizar hasta que el pequeño deja de ser bebé, también necesita de una constante supervisión por parte de los padres para controlar que todo va perfecto y que no le pasa nada al bebé. Además no hay que olvidar que aunque el parque es muy seguro, los elementos que podemos introducir en él, no siempre lo son.
Los parques para los bebés son muy útiles no solamente porque en ellos los bebés pueden hacer sus diferentes acciones del día, como dormir, ver la televisión, jugar son sus juegos, aprender a levantarse por sí mismo y mantenerse de pie o descansar, sino también porque son una liberación para las madres que están muy ocupadas y que no pueden estar constantemente ocupadas con el bebé.
Para estos casos, y para los que los padres quieren descansar un poco y dejar que el pequeño haga lo que le apetezca en ese momento, también son perfectos.
Sin embargo, no hay que abusar de su uso, ya que un bebé no puede estar todo el día metido en el parque por muchas cosas que pueda hacer en él. Necesita del contacto físico, de movimientos y masajes que les estimulen los músculos y haga que los pequeños entren en actividad. De esta forma también evitaremos que se acumulen en ellos mayor cantidad de gases, que son el principal problema de los bebés.
Pero, ¿cómo ha de ser un parque?
Para algunas personas el parque, que no es estrictamente necesario tenerlo, supone un incremento del gasto en cosas para el bebé durante el primer año de vida del que se puede prescindir. Sin embargo, para otras personas, es un elemento fundamental. En ti está decidir cuánta importancia tiene.
Los parques por regla general son cuadrados o rectangulares. Si bien varían mucho su diseño y tamaño no suelen distar mucho unos de otros.
Algunos de ellos, los más recomendables tienen la superficie protegida por una valla que generalmente tiene forma de red. Recomendamos no comprar aquellos que están formados por barras, ya que son sumamente peligrosas para la seguridad de nuestro pequeño por poderse ver atrapado entre ellas.
Los bordes suelen ser esponjosos para que cuando el pequeñín se levante y comience a ponerse en pie note una sensación agradable, sin embargo también hay que tener especial cuidado a qué clase de material contiene esa barandilla ya que si nos descuidamos el niño o niña puede comenzar a morderlo y tragar algo de este material en caso de que se pueda desprender.
La parte baja del parque también deberá ser lo más acolchada posible, siempre que el bebé pueda ponerse en pie, ya que cuando pierda el equilibrio y se caiga, no terminará por hacerse daño y no cogerá miedo a volverlo a hacer.
Teniendo en cuenta esos tres factores, no dejando durante muchas horas al bebé en el parque y teniendo especial cuidado con qué tipo de muñecos acompañamos a nuestro bebé, seguro que el parque se convierte en vuestro alivio para poder hacer vuestras cosas tranquilamente sin preocupaciones y para vuestro bebé será su lugar de recreo y de descanso.
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