Beneficios del yoga para niños

La mejor manera de que vayan comprobando que se trata de una actividad divertida es iniciar a los niños con sencillos ejercicios que iremos realizando con ellos. En otras palabras, hay que motivar al niño para que él mismo vaya descubriendo que practicar yoga con mamá o papá es una actividad muy entretenida. Es muy importante no obligarles, ya que perderían el interés y la motivación. En pocas palabras, el yoga debe ser un juego para los más pequeños, ya que de esa manera sí captaremos toda su atención.

Yoga para niños El yoga es una disciplina que, a través de la práctica de las denominadas asanas (posturas) y del control de la respiración, ayuda a canalizar la energía trabajando el cuerpo y la mente. Además de relajación, reporta concentración, ayudando a liberar las tensiones que se van acumulando a lo largo del día. Y es que, aunque pensemos lo contrario, el estrés también puede ser cosa de niños. El yoga, en este caso, será un vehículo muy útil para controlar los impulsos, relajarse y mejorar la concentración.

El yoga activa músculos, órganos y articulaciones. También favorece la elasticidad y aumenta el tono muscular, al tiempo que favorece un mejor control postural (especialmente de la columna vertebral) y de la coordinación psicomotriz. Otros beneficios que reporta la práctica de esta disciplina milenaria son activar la circulación sanguínea, estimular los sentidos, ganar en agilidad, mejorar la memoria, el comportamiento y la atención. Y en el plano mental o emocional, también está constatado que el yoga ayuda a reforzar la autoestima y la confianza en uno mismo, mejorando la comprensión e interacción con los demás. Es una disciplina especialmente recomendada en los casos de niños hiperactivos.

Las clases de yoga para niños es aconsejable realizarlas en grupos más reducidos, creando un ambiente en el que se sientan relajados y cómodos (acompañar la sesión de una suave música, por ejemplo). Para la práctica del yoga es mejor utilizar ropa ligera y holgada, que permita a los niños moverse con facilidad. Aunque el yoga se puede practicar a cualquier hora del día, por la mañana es el mejor momento.

Antes de empezar con las posturas, el primer paso es aprender a controlar la respiración, la relajación y la concentración. A partir de ahí, ya se pueden empezar a practicar, poco a poco, determinadas asanas del yoga, evitando las repeticiones monótonas, ya que perderán el interés. Lo mejor es ir combinando, muy despacio y a un ritmo ajustado a su edad, las posturas y movimientos.

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