Si te has subido a la báscula y has confirmado lo que ya te habían delatado los jeans, es hora de pensar en la forma más saludale y efectiva de recuperar nuestro peso ideal. Tan importante como cuidar la dieta y hacer ejercicio adaptado a nuestra condición física, es evitar caer en algunos de los errores más comunes y que, lejos de ayudarnos, pueden conseguir el efecto contrario al deseado. Toma nota de lo que nunca debemos hacer cuando se engorda.
- Comprar inmediatamente ropa de una talla mayor: El haber ganado un par de kilos no quiere decir que haya que renovar el armario de manera inmediata. Perder peso de manera efectiva requiere de un cierto tiempo. Antes de renovar la ropa, espera a ver los resultados de la dieta porque puede que en tan solo unas semanas eches de menos tus antiguas prendas.
- Evita pesarte a menudo: Pesarse todos los días puede ser la manera más rápida de desanimarse. Los kilos de más no se pierden de la noche a la mañana, y además en función de la hora a la que nos pesemos, el peso puede fluctuar. Así, por ejemplo, en el caso de las mujeres, los días previos a la regla, la retención de líquidos puede hacer que nuestro peso aumente ligeramente. Lo mejor es establecer una pauta: pesarse solo una vez a la semana.
- Dejar la dieta a medias: Si los resultados no llegan tan rápido como pensabas, un error muy común es renunciar. Para evitar desanimarte, márcate metas alcanzables, no imposibles (por ejemplo, perder medio kilo o un kilo en una semana). Preocuparse demasiado por los resultados puede ser contraproducente. Siguiendo una dieta sana, variada y baja en calorías, al final los resultados llegarán, pero no dejes a medias la dieta y empieces otra porque el cuerpo, de entrada, necesita tiempo para adaptarse a los nuevos hábitos.
- Excederse con el deporte: Hacer deporte ayuda a quemar calorías y a perder peso, pero como en todo, de manera moderada. El exceso de ejercicio puede resultar perjudicial para la salud. Toda dieta de adelgazamiento conviene que vaya acompañada de ejercicio físico, pero siempre adaptado a nuestra condición física. Con hacer ejercicio 3-4 veces a la semana durante 60-90 minutos es suficiente.
- Seguir una dieta milagrosa: Aunque prometen la pérdida de peso en tiempo récord, las dietas demasiado rápidas también suelen conllevar restricción de determinados alimentos y, por tanto, nutrientes. Las dietas rápidas nos hacen más vulnerables al temido efecto yo-yo, recuperar lo perdido nada más dejar la dieta.
- Pensar en lo que no se puede comer: Cuando estamos a dieta nos suele dar por pensar en lo que no podemos comer, y quizá la prohibición despierte el deseo. Por este motivo, es mejor pensar en lo que sí podemos comer, en todos los alimentos que además de nutritivos son bajos en calorías.
- Saltarse las comidas: Un error a la hora de adelgazar. Justo lo que no se debe hacer pensando que de esta manera se adelgaza más, cuando lo que ocurre es que será más difícil controlar el apetito entre horas y llegaremos a la siguiente comida con más hambre. Además, al comer menos, nuestro organismo se vuelve ahorrador y quema menos. Hay que hacer 5 comidas al día -con raciones más pequeñas y moderadas-, empezando por el desayuno, esencial para cuidarse. Y entre horas, opta por fruta, zumos naturales y detox y por tentempiés bajos en calorías.
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