¿Por qué no funciona la dieta? En ocasiones, seguir una dieta al pie de la letra puede no dar los resultados esperados, y la pregunta es qué ha fallado. Adelgazar no solo implica cambios físicos, también emocionales. Las emociones influyen directamente en nuestra salud y pueden hacer que una dieta se vaya al traste. Por ejemplo, la ansiedad no es la mejor compañera para hacer una dieta de adelgazamiento.
Cuando la báscula delata los kilos de más ganados no solemos prestar atención a todos los factores que influyen en el peso, y entre ellos se incluye el estado de ánimo. La ansiedad, el estrés o el bajo estado anímico pueden hacer que la dieta no funcione. Por eso, al igual que hay que revisar la alimentación también hay que mejorar otros hábitos, adoptando actitudes saludables, como hacer ejercicios de relajación (yoga, pilates), que nos ayuden a mejorar nuestro bienestar cotidiano.
Dieta y estado de ánimo La ansiedad es un enemigo de la salud y de la dieta, ya que puede hacernos caer en situaciones difíciles de controlar. La ansiedad además provoca apetito, tendiendo además a decantarnos por los alimentos más calóricos, lo cual no es la mejor forma de cumplir con la dieta. Para combatir la ansiedad lo mejor es hacer deporte (andar, por ejemplo) o realizar actividades que nos resulten entretenidas y nos mantengan activos.
La ansiedad también nos puede restar horas de sueño. Dormir bien es fundamental para la salud y para no engordar. De hecho, dormir bien adelgaza, ya que lo contrario desequilibra el apetito y, con ello, el metabolismo.
Otro error común a la hora de ponernos a dieta es no concedernos ninguna tregua. Darse un capricho un día a la semana (por ejemplo, tomar una porción de dulce) no es contraproducente, sino todo lo contrario, ya que evitaremos la ansiedad que nos puede generar el ser demasiado estrictos. Y hablando de dulces, lo que sí debemos hacer es evitar tomarlos después de la comida. Si queremos tomar algo dulce, lo mejor es hacerlo en el desayuno, ya que daremos tiempo al cuerpo para quemarlo a lo largo del día y además evitaremos desequilibrar los niveles de glucosa. Si tomamos postre, lo mejor es optar por una pieza de fruta de temporada.
No controlar las raciones es otro error común. Un truco que te puede ayudar es comer en platos más pequeños, ya que de esa manera controlaremos mejor las raciones y evitaremos los remordimientos posteriores. Otra opción es optar por un plato único y, en el caso de comer fuera de casa, pedir que nos pongan raciones más pequeñas.
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