Siempre hemos pensado que los dulces eran un enemigo a la hora de adelgazar. Hasta ahora. Y es que comer dulces en el desayuno y perder peso es posible. Se acabó hacer sacrificios, especialmente si eres golosa. Y es que, tal y como han constatado los investigadores, no es necesario renunciar a una porción de dulce o de chocolate, sino que tomarlo en el desayuno es la manera más efectiva de eliminar tentaciones a lo largo del día y contar con suficiente tiempo para quemar las calorías. Vamos a ver, más detenidamente, cómo hacer que el dulce deja de ser un problema a la hora de seguir una dieta.
Lógicamente, en la moderación está la clave. El hecho de que comer dulce en el desayuno no ponga en riesgo la dieta no quiere decir que podamos abusar, porque entonces las calorías se multiplicarían. Investigadores de la Universidad de Tel Aviv indagaron en la relación entre los dulces y las dietas y llegaron a una conclusión muy interesante: tomar un poco de dulce en un desayuno de 600 calorías, con proteínas e hidratos de carbono, también ayuda a bajar de peso e, incluso, a mantener los resultados a largo plazo.
¿Cómo es posible? Por las mañanas, tal y como explican los expertos, nuestro metabolismo se muestra más activo, lo que hace que sea más fácil quemar el exceso de calorías. De hecho, los expertos también apuntan a que eliminar por completo los dulces podría desencadenar un mecanismo de dependencia psicológica, lo cual no contribuye a nuestro bienestar ni a nuestra voluntad de seguir una dieta. En otras palabras, se trata de evitar tentaciones a lo largo del resto del día, una vez que en el desayuno ya hemos saciado la apetencia por tomar algo dulce. Los investigadores llegaron a esta conclusión después de un largo estudio de más de 30 semanas. A lo largo de este tiempo, los participantes incluyeron en su desayuno una porción de dulce (galletas, chocolate, pastel), resultando que al término del estudio habían perdido una media de 18 kilos, más peso que el grupo que durante este tiempo evitó tomar dulces.
Dulces en el desayuno El desayuno es una de las comidas principales. De hecho, es la que nos proporciona la energía necesaria para afrontar el día. Desayunar activa el cerebro y el metabolismo, por lo que es crucial para perder peso, y mantenerlo, no saltarse nunca esta primera comida del día. Al menos, hay que dedicarle 20 minutos. El desayuno, tal y como apuntan los expertos, es la comida que mejor regula la hormona que aumenta la sensación de hambre, la grelina.
Tomar más calorías en el desayuno -con la porción de dulce- es, por tanto, bueno para activar el organismo y para aliviar la ansiedad que puede provocar el estar a dieta.
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