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El estrés no es buen aliado de la salud ni del peso, ya que ante situaciones estresantes, para tratar de aplacarlo, una de las reacciones más comunes es asaltar la nevera en busca de algún alimento que, curiosamente, suele ser uno de los más calóricos. En otras palabras, el estrés desequilibra nuestra dieta y nos hace ingerir calorías, en ocasiones, vacías. Para evitarlo, el primer paso es reconocer aquellas situaciones estresantes que nos hacen recurrir a la comida como alivio. Toma nota porque nos ayudarán a evitar los remordimientos después de dar un bocado demasiado dulce o calórico. [/multipage]
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1. La falta de descanso
El estrés puede afectar al sueño y, precisamente, esta falta de descanso desestabiliza a nuestro organismo y estimula el apetito. Si hemos cogido algunos kilitos sin darnos cuenta, antes de empezar una dieta baja en calorías, revisa tus hábitos, en especial, los hábitos de sueño y horas de descanso. [/multipage]
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2. Ansiedad en el trabajo
La ansiedad y la tensión aumenta los niveles de grelina, la hormona del hambre. Recurrimos a la comida como si fuera una recompensa y para reducir los síntomas de la ansiedad. No antepongas el trabajo al descanso y a tomarse unos minutos de relax a la hora de comer para facilitar la digestión. [/multipage]
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3. Dieta ansiedad
Cuando estamos ansiosos recurrimos a la comida aunque realmente no tengamos hambre. De hecho, en algunos casos la simple idea de ponerse a dieta puede causar estrés. Lo mejor es adoptar una dieta sana y equilibrada, evitando el ayuno y las dietas demasiados estrictas y rápidas. [/multipage]
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4. Comer pensando en otras cosas
De igual manera que hay dedicar tiempo, al menos veinte minutos, a cada comida principal del día, hay que evitar llevar a la mesa las preocupaciones o tensiones laborales. Despeja la mente y céntrate en lo que estás comiendo antes de ingerir cualquier alimento en una cantidad no querías. [/multipage]
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5. Exceso de café
El café, en su justa medida, tiene sus beneficios, como el estimular nuestra capacidad de concentración e, incluso, ayudar a alejar la depresión. Pero cuidado con excederse con las tazas de café ya que la cafeína, tomada sin moderación, puede estimular el apetito haciéndonos comer más. [/multipage]
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6. Dejarse llevar por las emociones
Las emociones influyen en la salud y, por supuesto, en los cambios de ánimo. ¿Cuántas veces has recurrido al chocolate cuando estás triste?, ¿cuántas te has dado el capricho de una hamburguesa al estar feliz? Para apaciguar el hambre emocional, apio, zanahorias, pepino e hinojo. [/multipage]
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7. Saltarse el gimnasio
El ejercicio físico es el mejor aliado de la salud y de la dieta, así que conviene practicar deporte de manera regular. La falta de tiempo suele es la excusa más común. Sin embargo, podemos recurrir, al menos, a dar un buen paseo o a hacer ejercicios sencillos en casa. [/multipage]
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8. Evitar comparaciones
La constitución de cada mujer es diferente, por lo tanto no hay que dejarse llevar por estereotipos. Si queremos recuperar nuestro peso ideal, lo primero es encontrar la causa que nos provoca el aumento de peso y diseñar una dieta ajustada a nuestras necesidades y forma física. [/multipage]
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