Infancia y salud mental: Más de un 10% de casos sin diagnosticar. No solo es importante la salud física y un crecimiento adecuado, también lo es la salud mental de los más pequeños, un aspecto sobre el que indicen los expertos ya que se calcula que un porcentaje importante no está diagnosticado o el tratamiento que recibe no es el más adecuado. La prevención, como en todos los campos de la salud, y la detección de los primeros síntomas son básicos para evitar el desarrollo de un trastorno al crecer.
De hecho, la Confederación Española de Agrupación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes) ha puesto el acento estos días, con motivo del Día de los Derechos de la Infancia del incremento de niños con algún trastorno mental.
Como padres, la principal preocupación es ver crecer sanos a sus hijos. Un crecimiento y desarrollo en el que no solo juegan un papel fundamental aspectos como la alimentación o la educación en hábitos sanos y saludables, también la salud mental es vital para un desarrollo normal. En muchas ocasiones, como alertan los expertos, los primeros síntomas de un trastorno mental se confunden, en las edades más tempranas, con un problema de comportamiento, educación o del carácter del niño. Pero es conveniente no tomarse a la ligera ciertas conductas, ya que la prevención es fundamental para evitar desarrollar un problema más serio a medida que se hacen mayores.
Según los datos recogidos en el informe Estado Mundial de la Infancia 2011, en torno al 20% de adolescentes padece trastornos mentales o del comportamiento, siendo la depresión el principal problema, sobre todo entre los jóvenes entre los 15 y los 19 años. Problemas familiares, escolares, problemas de integración, baja autoestima o sensación de fracaso son algunos de los factores de riesgo que desencadenan un trastorno mental.
Un problema que, en muchas ocasiones, lleva a los que lo padecen a sentir cierto rechazo por parte de la sociedad. Un trastorno mental es un problema de salud más y, al igual que cuando padecemos un problema físico, requiere de un tratamiento adecuado, sin que ello implique un sentimiento de rechazo o culpabilidad por parte de quien lo padece. Por eso, las asociaciones de familiares y enfermos mentales insisten en sus campañas en la importancia de informar y formar a la sociedad para evitar los estigmas.