Las principales causas de obesidad infantil son los hábitos alimentarios y sedentarios, un problema que no debe tomarse a la ligera y que, erróneamente, a veces los padres piensan que solucionará a medida que vayan creciendo. Identificar los factores de riesgo, ya que la obesidad también puede ser hereditaria, y enseñarles a llevar una alimentación sana y adecuada con menos bollería y picoteos, son dos de las reglas de oro para evitar la obesidad infantil. El tratamiento de este problema persigue conseguir el peso adecuado para la estatura del niño y que su desarrollo y crecimiento físico sean normales.
Los problemas nutricionales de los niños se deben al aumento del consumo de proteínas y grasas, consecuencia de comer más bollería y comida rápida. Una alimentación incorrecta, empezando por el desayuno que no siempre es la comida más importante del día, es la primera causa de la obesidad infantil. Pero hay otros factores de riesgo:
- Hereditarios: Los niños con antecedentes de obesidad en su familia tienen más riesgo de padecerla.
- Antecedentes en la infancia: Por ejemplo, elevado peso al nacer.
- Estilo de vida: Falta de ejercicio físico, bajo consumo de frutas y verduras.
Para prevenir y combatir la obesidad infantil, debe ser un médico el que ponga el tratamiento y las dietas del niño, sobre todo si presenta algún tipo de intolerancia a alimentos. Lo mejor para ellos es que sepan identificar qué alimentos pueden comer y cuáles deben evitar. Cierto es que no siempre es fácil convencer a los niños de los beneficios de una dieta sana y equilibrada y de las propiedades de frutas, verduras y pescados, por ejemplo. En estos casos, lo mejor es recurrir a las recetas para niños con las que podrás incorporar a su dieta nutritivos platos presentados de una manera original.
En los casos de obesidad infantil, es recomendable distribuir las comidas en 4 ó 5 al día, reducir el tamaño de las raciones y la ingesta de calorías.
También es importante que el niño no coma solo, por lo que es importante que los padres dediquen tiempo a comer y cenar con él.
Por otra parte, no solo es aconsejable cuidar la alimentación, también es importante que los niños en edad escolar practiquen ejercicio físico. El pasar muchas horas delante del ordenador solo conduce a adoptar hábitos sedentarios.
