Día de la Nutrición: Enseñar a comer, enseñar a crecer. Y la mejor escuela de nutrición la encontramos en la propia familia, la cual puede desempeñar un papel fundamental en la adquisición de unos hábitos alimentarios saludables. No olvidemos que somos lo que comemos y en la alimentación está la clave para preservar nuestra salud. Enseñar a comer y hacerlo en familia, según datos médicos, reporta beneficios tales como reducir hasta en un 15% los riesgos de padecer problemas de obesidad y en más de un 30% los trastornos alimentarios.
La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) pone el acento, coincidiendo con la celebración del Día Nacional de la Nutrición, en el importante papel que puede desempeñar la familia a la hora de aprender y adquirir hábitos saludables desde la infancia. De hecho, según datos de los expertos en nutrición de la Sociedad Española de Endrocrina y Nutrición (SEEN), comer en familia, al menos tres días a la semana, disminuye más de un 30% los riesgos de padecer trastornos alimentarios y hasta un 15% los de obesidad, uno de los trastornos de la salud consecuencia directa de una alimentación desequilibrada o inadecuada que más preocupa actualmente a los médicos, sobre todo teniendo en cuenta el incremento de las cifras de prevalencia de la obesidad entre los niños y adolescentes.
¿Cuántas veces nos han dicho en la mesa que nos comamos la verdura? Lo que a la mayoría de los niños les parece una seria advertencia materna que les impedirá levantarse de la mesa, en realidad es el consejo más saludable que le puede dar una madre a su hijo a la hora de comer. Lo que nunca debe hacerse, tal y como subrayan los expertos, es enviar un mensaje erróneo del tipo de «si te comes la verdura, tendrá postre», ya que en realidad el mensaje que les hacemos llegar a los más pequeños es que la verdura no es un alimento bueno y el postre, sí. Es decir, la comida y los buenos hábitos alimentarios no son una negociación.
Transmitir hábitos de alimentación saludable es fundamental, y la mejor escuela para aprender es comer en familia. Pero, ¿cómo enseñarles a comer? FESNAD nos da algunas de las claves para que los más pequeños aprendan la importancia de una alimentación sana y equilibrada:
- Hacerles partícipes en la elaboración de los menús, para aprender porque unos días tocan alimentos que les gustan más y otros que les gustan menos, pero que por sus beneficios son esenciales.
- Implicarles igualmente a la hora de llenar la cesta de la compra.
- Enseñarles a poner la mesa y comer en familia les hará valorar más y mejor el momento de las comidas. Comer en familia es una oportunidad para dedicar ese tiempo a escuchar a los más pequeños. Según los expertos, convertir los momentos de las comidas en espacios de pausa les ayuda a incorporarlo a su concepto de alimentación.
- Es aconsejable explicarles el origen de los alimentos y de las recetas tradicionales.
- Evitar que coman o piquen entre horas y enseñarles a comer con agua. Los zumos, refrescos o productos lácteos azucarados es mejor dejarlos para momentos especiales.
- Enseñarles el valor nutricional del desayuno, la comida más importante del día, y el valor de alimentos esenciales en nuestro día a día, las frutas y las verduras.
- Proponerles descubrir nuevos sabores y texturas de los alimentos, por ejemplo, procurando que prueben cada día un alimento nuevo.
- Dar ejemplo, fundamental. Los niños se miran en el espejo de su padres o abuelos, siendo además la manera más sencilla de aprender.
- Las horas de las comidas tienen que ser momentos de paz, nunca de discusión.