Un desequilibrio nutricional se produce cuando la cantidad y calidad de la dieta no es acorde con nuestras necesidades nutricionales y nuestro gasto energético. Es el caso, por ejemplo, del sobrepeso u obesidad, un desequilibrio producido por exceso, o de la desnutrición, cuando el cuerpo se ve obligado a hacer uso del almacenamiento de grasa por falta de una ingesta calórica adecuada. No obstante, también hay que tener en cuenta que los desequilibrios pueden estar causados por enfermedades específicas, y esto incluye las alergias e intolerancias alimentarias, reacciones del organismo ante los alimentos que no puede digerir. A diferencia de las alergias, la intolerancia a un alimento puede manifestarse incluso horas después de haberlo ingerido, por lo que no siempre son fáciles de detectar. Los síntomas varían dependiendo del tipo de intolerancia y con frecuencia incluyen trastornos intestinales, tales como hinchazón, diarrea, cólicos y calambres. Reconocer los alimentos que provocan intolerancia es, lógicamente, esencial para restaurar el equilibrio del organismo. Para aliviar los síntomas intestinales puede servir de ayuda tomar suplementos elaborados con fibra de psyllium.
Las causas de intolerancia a los alimentos Las causas de la intolerancia a los alimentos se pueden dividir en dos categorías principales: farmacológica y enzimática. La primera depende de la incapacidad del cuerpo para transformar la histamina o desactivar la llamada tiramina. La histamina, compuesto de nitrógeno que participa en el proceso digestivo y que, en caso de intolerancia, causa picazón y urticaria. Se encuentra principalmente en alimentos como queso, salami, tomates, arenque, salmón o sardinas. Por su parte, la tiramina, un aminoácido presente en el queso, plátanos y aguacates, puede causar fiebre, taquicardia, hipertensión, enrojecimiento de la cara. La segunda categoría está relacionada con los enzimas, sustancias que el cuerpo produce para descomponer los alimentos.
En caso de intolerancia, el cuerpo no puede metabolizar los alimentos ingeridos. Los síntomas incluyen principalmente trastornos de tipo digestivo, incluyendo la fermentación intestinal, episodios de diarrea, flatulencia.
Remedios Si el desequilibrio está relacionado con la deficiencia de alimentos o el exceso de nutrientes, el remedio es revisar la dieta y adoptar una alimentación equilibrada, tomando la cantidad correcta de calorías que el organismo necesita. Si el desequilibrio se debe a un problema de intolerancia a los alimentos, el primer paso es identificar al alimento implicado, con la realización de pruebas específicas y, una vez localizado, lo mejor es evitar tomarlo, por lo menos durante un cierto período. Para aliviar los síntomas intestinales se pueden tomar suplementos de fibra de psyllium, recomendado en caso necesario reequilibrio de la microflora intestinal.
También te puede interesar: Intolerancia a la lactosa: ¿Dónde encontrar el calcio sin tomar leche? y toma nota de los remedios caseros para reforzar la flora intestinal.