Enseñar a los niños a colaborar en casa es imprescindible ya que es una de las mejores oportunidades para que aprenden a adquirir sus primeras responsabilidades. ¿Cómo hacerlo?
No siempre es fácil que los niños se involucren en la organización del hogar. Sin embargo, darles pequeñas tareas, adaptadas a su edad, y enseñarles a colaborar en casa es la mejor manera de que empiecen a adquirir responsabilidades. Además, esto también le aportará otros valores, como el de ser más colaborador y participativo. Una buena organización en el hogar no solo asegura un mayor bienestar y una vida más cómoda y confortable para toda la familia, sino que es una vía estupenda para que los niños se involucren y asuman responsabilidades.
Dar ejemplo es fundamental para que no lo vean como una obligación. De igual manera que los niños tienden a repetir conductas y a emular hábitos, por ejemplo, a la hora de aprender a comer, también harán lo propio cuando se trata de colaborar en casa. Si todos los miembros de la familia se organizan y colaboran en las tareas del hogar, será mucho más fácil que los niños se impliquen. Darles tareas adaptadas a su edad, como recoger los juguetes, poner la mesa o pedirles que nos ayuden a preparar algunas sencillas recetas de cocina.
Colaboración de los niños en casa: consejos
Colaborar en casa se puede decir, sin temor a equivocarnos, que también forma parte del aprendizaje y educación de los más pequeños. Para ver cómo enseñarles a colaborar en casa aquí tenemos algunos sencillos consejos, dirigidos a los padres, sobre todo los primerizos.
- Los niños pueden empezar a ayudar en casa desde pequeños. A la mayoría de ellos, de hecho, les gusta, ya que los niños tienen una tendencia natural a imitar a los adultos. Debemos darles la oportunidad de que lo hagan, aunque no sepan o tarden demasiado en hacerlo, para que se acostumbren a ser colaboradores.
- Cuando son pequeños es importante que no estén solos. Una buena idea es acompañarles en las tareas que realizan, como por ejemplo, recoger la habitación infantil, pedirles que nos ayuden a doblar la ropa, poner la mesa… Otra buena opción es pedirles que colaboren a la hora de preparar algunas comidas. Esto tiene un doble objetivo, ya que también es una divertida e instructiva manera de enseñarles al mismo tiempo aspectos saludables sobre la alimentación.
- Cuando crezcan, y sobre todo cuando haya más hermanos, puede ser útil fijar un horario con las tareas que deben ser realizadas a diario.
- Al llegar a la preadolescencia, algunos niños se niegan a colaborar. En este caso, se puede establecer una serie de faltas por tarea no realizadas que se irán acumulando hasta llegar a la penalización.
Cuando se enseña algo nuevo a los niños hay que tener paciencia. Si las primeras veces no lo hace bien, no pasa nada, se trata de que se afiance el valor de la colaboración y de que lo vea como un aspecto más de la convivencia en el hogar y se sienta plenamente integrado.