Educación niños: Qué hacer ante las malas notas

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¿Las notas del trimestre han traído consigo algún que otro suspenso? ¿Qué hacer ante las malas notas? Es una de las preguntas que se hacen los padres cuando aparecen problemas en la educación de los más pequeños de la casa. Vamos a ver cómo reaccionar, y qué consejos podemos poner en práctica, para mejorar los resultados académicos.
 
El bajo rendimiento puede ser, además de un disgusto para los padres, un problema para el niño si no se actúa a tiempo. Malos resultados o malas notas que pueden ser consecuencia de falta de atención o de un exceso de relajamiento en la rutina diaria del niño. Las consecuencias del bajo rendimiento no suelen apreciarse de la noche a la mañana, pero sí a la hora de recibir las notas trimestrales. De igual manera que hay que explicar a los niños que, con la vuelta al cole, toca esforzarse, tanto después del verano como de los periodos vacacionales (Navidad, Semana Santa…), también hay que hacerse una serie de preguntas ante las malas notas. Vamos a ver cuáles son estas preguntas y qué otros consejos podemos poner en práctica para mejorar el rendimiento escolar del niño.
 

Malas notas niños: ¿cómo actuar?

En primer lugar, como hemos señalado, si el niño trae malas notas hay una serie de cuestiones a valorar, tales como: ¿Pasa demasiadas horas delante del ordenador o de la televisión?, ¿estamos siendo demasiado protectores con el niño?, ¿tiene demasiadas actividades extraescolares?, ¿no tiene ninguna? Para mejorar los resultados académicos es muy importante que el niño lleve un estilo de vida organizado, bien planificado, con sus horarios, tares que debe realizar en casa, límites bien precisos con el ordenador y videojuegos y una programación de actividades extraescolares adecuada.
 
Otro aspecto importante es revisar sus hábitos de estudio. Es posible que tenga algún problema para memorizar o para distinguir lo importante de lo banal, o bien que lleve un orden en sus tareas o le esté dedicando el tiempo suficiente. Es importante hacer todo lo necesario para que mejore esta situación, reorganizando su día a día, enseñándole técnicas de estudio y, si es necesario, apuntarlo a clases de refuerzo.
 
Desde el primer día de curso es importante que los padres hablen con los niños sobre las clases, las asignaturas, los amigos y los libros que les gustan, independientemente de la edad. Hay que escucharles ver dónde se ponen las trabas y qué dificultades ven para ayudarles a superarlas con alternativas. Los responsables de los deberes son los niños, si bien es bueno que vean que los padres se interesan, pero no son sus guardianes. Los padres deben estar para ayudarles a buscar información y para enseñarles a preguntar al profesor cuando no entienden un tema.
 
Es esenciales motivar a los niños en lo que más les gusta, evitando imponer la ley de la perfección, ya que no se les puede exigir sobresalir en todo. Al volcarse en lo que les motiva aprenden a trabajar el esfuerzo y eso les sirve luego para todo. Las actividades extraescolares es mejor que refuercen la parte lúdica. Si, por ejemplo, el niño va mal en inglés les frustrará aún más una clase extraescolar de inglés. Lo mejor es aprender el idioma con películas, por ejemplo.
 

Una vez al trimestre, como mínimo, los padres deben hablar con su tutor o profesores.
 

Educación niños: déficit de atención e hiperactividad

La falta de atención puede ser una señal que nos advierta de que, detrás de los problemas escolares del niño, hay un trastorno que responde al nombre de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Sus primeras señales suelen aparecer en la edad preescolar y se hacen evidentes entre los 6 y los 12 años. Los síntomas más comunes son la falta de atención, no escuchar, ser olvidadizo, perder cosas y ser muy inquieto.

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