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Beber agua es fundamental para la salud y, en concreto, para que nuestro cuerpo esté perfectamente hidratado. Pero, además, si queremos cuidar nuestro peso o rebajar los kilos de más, aumentar la ingesta de agua es una de las claves. No podemos olvidar que alrededor del 70% de nuestro cuerpo es agua. De ahí la importancia de cuidar la hidratación. Otro aspecto importante es que no todas las aguas son iguales ni tampoco nuestras necesidades hídricas son las mismas. Todo depende de la edad, el peso y el estado de salud. [/multipage]
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1. Cantidad adecuada
El agua, entre otros beneficios, ayuda a depurar el organismo y a evitar la retención de líquidos, una de las causas que explican el aumento de peso. La pregunta es, ¿cuánta agua hay que beber? Lo recomendable es tomar un vaso antes de cada comida y uno de agua en ayunas al levantarnos, para redoblar su efecto depurativo. Al día, conviene tomar al menos 8 vasos de agua. [/multipage]
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2. Agua bicarbonatada
El agua bicarbonatada es aquella cuyo contenido en bicarbonato supera los 600 miligramos/litro. Es un tipo de agua especialmente recomendable para aliviar las molestias de estómago o problemas digestivos, gracias a su efecto antiiflamatorio y antiespasmódico. [/multipage]
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3. Agua sulfatada
Este tipo de agua mineral contiene índices superior a 200 miligramos/litro de sulfatos. Tiene un potente efecto laxante y antiinflamatorio. Al igual que las aguas bicarbonatadas, éstas también son recomendables en la dieta para regular la función del sistema digestivo. [/multipage]
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4. Aguas cálcicas
Las aguas cálcicas aportan beneficios al estómago y al hígado. Son aguas aconsejables para aquellas personas que no toleran bien la leche, así como para las futuras mamás durante el embarazo o para perder peso en la menopausia. También ayuda a mitigar los problemas gástricos. [/multipage]
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5. Agua mineral
Dentro de la denominación de agua mineral encontramos diferentes tipos, en función de la cantidad de sales minerales, desde las que tienen menos de 500 miligramos/litro, hasta las que superan un contenido superior a los mil miligramos por litro de agua. [/multipage]
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6. Un agua para cada estación
Nuestras necesidades hídricas varían en función de la época del año. Así, en verano, debido al calor y al aumento de la sudoración, es mejor tomar agua mineral que nos permita contrarrestar la pérdida de sales minerales; mientras que en invierno podemos optar por un agua más ligera. [/multipage]
