Al hábito de tirar y arrancarse el pelo se le denomina tricotilomanía. Una obsesión o un impulso irrefrenable que, aunque pensemos lo contrario, puede resultar muy perjudicial para la salud y que requiere tratamiento para su control. Está directamente vinculado a la ansiedad, estrés, fobias y a los problemas de imagen corporal. Sin embargo, no es necesario estar ante una situación de estrés para tirarse del pelo, ya que otras situaciones tan cotidianas como ver la tele o leer un libro pueden predisponer a arrancarse el pelo. Vamos a ver más detenidamente en qué consiste la tricotilomanía y cómo podemos reconocerla.
Todos, en algún momento de tensión, enfado o de reflexión, nos tiramos de los pelos o hacemos bucles con los dedos. Una reacción emocional común, pero con una doble cara si se exceden los límites y se convierte en una barrera. Al igual que morderse las uñas, tirarse del pelo es uno de sus gestos o hábitos a los que nos les damos la debida importancia pero que pueden resultar muy perjudiciales para la salud.
Trastorno del control de los impulsos
Bajo la denominación de tricotilomanía se esconde un hábito que, según datos médicos, afecta a entre el uno y el tres por ciento de la población. Tirarnos del pelo no solo provoca su pérdida, sino que también puede causar lo que se denomina estrés negativo (distress) y problemas emocionales (alteraciones de la conducta, comportamiento y relación con los demás). Las personas que padecen tricotilomanía, considerada un trastorno del control de los impulsos, no solo se arrancan el pelo de la cabeza –lo más común-, sino que en algunos casos se arrancan las pestañas, el pelo de las cejas o de las piernas, entre otras zonas corporales. Esto, entre otras consecuencias, provoca problemas de alopecia (pérdida de cabello) y aparición de grandes calvas en diferentes zonas corporales. La denominación de este trastorno, descrito en el siglo XIX aunque no fue reconocido hasta el siglo XX como un cuadro clínico, deriva del griego, una obsesión por arrancar pelo que no solo se produce en la edad adulta, sino también en la infancia y la adolescencia.
La tricotilomanía es un problema que puede minar seriamente la salud, tanto física como mental, de quien lo padece. Un problema que está directamente relacionado con la ansiedad, la tensión, las fobias, los traumas y con la imagen corporal y que debe ser tratado, tras su diagnóstico, por el psicólogo (terapia cognitiva conductual junto con fármacos inhibidores) y el dermatólogo. En algunos casos, las personas que se arrancan el pelo también se lo comen (tricofagia), lo que puede ser especialmente dañino para el organismo al provocar oclusión intestinal. En algunos casos, puede derivar en la necesidad de requerir una intervención quirúrgica.
A la hora de aplicar el tratamiento es muy importante conocer las causas que provocan esta obsesión, lo que a su vez servirá para apoyarlo con otros recursos para controlar la necesidad de arrancarse el pelo (mantener las manos ocupadas y en la medida de lo posible evitar los factores desencadenantes).