Tratamiento cáncer y terapias naturales es una combinación que suscita dudas y requiere respuestas médicas. No todo lo natural es inocuo, ni todo lo alternativo es seguro y beneficioso, y algunos productos pueden tener justo el efecto contrario al interferir en el tratamiento médico contra el cáncer.
¿Es aconsejable recurrir a las terapias naturales? Terapias que antes de iniciarse deben ser consultadas con el oncólogo para saber si realmente pueden complementar el tratamiento y ayudar a aliviar algunos de los síntomas de la quimioterapia, como por ejemplo la angustia.
Efectos de las terapias alternativas
Las plantas medicinales o terapias a las que en ocasiones se recurre como medicina alternativa, es decir, un tratamiento diferente al recomendado por el oncólogo, no son la mejor opción porque la homeopatía y otras pseudoterapias no cuentan con suficiente aval científico.
Las propias sustancias o componentes pueden interferir con alguno de los fármacos o terapias médicas. En 2016, Estados Unidos anunció que los productos homeopáticos tendrían que incluir en la etiqueta que ‘no hay evidencias científicas de que el producto funcione’. En España, la Organización Médica Colegial (OMC), ha puesto en marcha un Observatorio para informar a los pacientes sobre las pseudoterapias.
Riesgos de las terapias alternativas
Convencidos de que estamos tomando algo natural podemos conseguir el efecto contrario en el organismo. Un ejemplo: tomar zumo de pomelo o de naranjas, o productos elaborados con altos niveles de piel de uva pueden provocar un exceso de vitamina C, lo cual como se ha constatado puede interferir en el tratamiento de la quimioterapia.
La Sociedad Española de Oncología Médica ha alertado sobre otros productos, como los tratamientos a base de bayas chinas o los tratamientos con selenio. Estudios de investigación en casos de cáncer de pulmón, mama o próstata, apuntan los especialistas, han constatado que no son tan eficaces como se pensaba.
Con el ginseng los oncólogos recomiendan no tomarlo en los casos de mujeres diagnosticadas de cáncer de mama o de útero hormonosensibles.
Terapias complementarias
Las terapias complementarias que trabajan el cuerpo y la mente pueden ayudar a mitigar los síntomas del tratamiento. Así, por ejemplo, los especialistas recomiendan practicar yoga para disminuir la fatiga o el cansancio y, en el caso del cáncer de mama, el pilates también puede ser un buen aliado.
Para resolver todas las dudas posibles, la Sociedad Española de Oncología ha creado una herramienta o guía, a través de su página web, para dar a conocer las sustancias o productos (plantas medicinales, vitaminas, minerales, terapias corporales, terapias mentales) que pueden ayudar o perjudicar el tratamiento. Ante cualquier duda, consultar al médico.
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