Tranquilizantes: ¿Los has tomado alguna vez?

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Tranquilizantes: ¿Lo has tomado alguna vez? Cuatro de cada diez personas, según los datos recogidos a través de una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios, responde de manera afirmativa a esta pregunta, lo que eleva hasta el 29% el número de personas que, en nuestro país, han recurrido a los tranquilizantes durante el último año. ¿Por qué recurrimos a los este tipo de fármacos? Especialmente para combatir la ansiedad, relacionada directamente con las dificultades para conciliar el sueño y los problemas laborales. Un consumo que, no obstante, puede considerarse elevado.
 
Si tenemos en cuenta que la mitad de los españoles –y más en el caso de las mujeres– ha recurrido en alguna ocasión a los tranquilizantes, puede considerarse que el consumo de este tipo de fármacos es elevado. Las cifras vienen avaladas por la encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios con la participación de más de dos mil españoles con edades comprendidas entre los 18 y los 74 años. Una encuesta que recoge no solo datos de nuestro país, también de Francia, Bélgica, Portugal e Italia, y que además coincide en el tiempo con la publicación de la Encuesta Nacional sobre Alcohol y Drogas y que también desvelaba un incremento en el consumo de sedantes, somníferos y tranquilizantes.
 
¿Tomamos demasiados tranquilizantes? Los datos desvelan que cuatro de cada 10 personas en nuestro país los ha tomado en alguna ocasión, mientras que en el momento de realizarse la encuesta hasta un 14% reconocía estarlos tomando. En el último año, un 12% de los encuestados había recurrido a los ansiolíticos, mientras que un 7% tomó antidepresivos. Junto a los somníferos y los opiáceos son los medicamentos más utilizados para relajarse o para combatir los síntomas de la ansiedad. Un consumo que es mayor entre las mujeres. De hecho, el perfil del consumidor de tranquilizantes que se desprende de la encuesta es el de una mujer, con una edad media de 34 años, con nivel de estudios medio-bajo y con dificultades laborales y económicas.
 
Recurrimos a este tipo de fármacos para combatir la ansiedad, la cual, entre otros problemas asociados, suele derivar en dificultades para dormir. Los problemas laborales, las dificultades económicas o los sucesos traumáticos también llevan a un mayor consumo de tranquilizantes. Según los datos extraídos de la encuesta de la OCU, la mayoría los toma tras prescripción médica (bien el médico de cabecera o un especialista), aunque si hay un ligero porcentaje, un 3%, que se automedica, es decir, los toma por propia iniciativa.
 
A la hora de tomar este tipo de medicamentos es importante conocer los efectos que pueden tener, en concreto la dependencia que pueden generar. Un aspecto que, según desvela la encuesta, no conocen todos los pacientes. De hecho, solo un 36% reconoce que ha sido informado por su médico de este riesgo, mientras que seis de cada diez aseguran no haber recibido información al respecto. Esto nos lleva a un dato más preocupante, y es que de los resultados de la encuesta se desprende que cerca de un 23% de los que consumen ansiolíticos arrojan un perfil de dependiente, riesgo que aumenta cuando se lleva más de un año tomando estos fármacos.
 
¿Es necesario siempre recurrir a los tranquilizantes? La OCU da algunos consejos, empezando por la necesidad de promover hábitos de vida más saludables –una dieta sana, más ejercicio físico, evitar las bebidas alcohólicas u otras sustancias estimulantes-, así como el hablar de los problemas con personas de confianza, para buscar otras alternativas al consumo de tranquilizantes. También podemos recurrir a otro tipo de tranquilizantes naturales, como la valeriana, la manzanilla o la tila.
 
La OCU ha enviado el estudio completo a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

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