El agua del mar es uno de los mejores aliados para tonificar el cuerpo y para combatir los problemas de celulitis y cartucheras. Si tienes oportunidad, no renuncies a pasar unos días cerca del mar y a aprovechar sus valiosos principios activos. Una cura anticelulitis para regresar a casa con la piel más tonificada y más firme, y sin habernos sometido a ningún tratamiento especial. El agua del mar es, en otras palabras, un balneario natural.
El agua del mar tonifica, limpia y alisa la piel. Es una fuente de minerales valiosa para el bienestar y la belleza. El mar, además de oxígeno, hidrógeno y cloro, contiene sales de potasio que estimulan la diuresis; calcio, esencial para las paredes celulares; y magnesio, que estimula el buen funcionamiento de las células.
Retención de líquidos
La acción del agua marina atenúa el problema de la celulitis, causada por diversos factores, principalmente un problema circulatorio, pero también intervienen otros factores como el estrés, llevar una vida sedentaria, una alimentación poco equilibrada o el hábito del tabaco. Todos estos factores influyen en la retención de líquidos, detenidos por las células adiposas en las capas profundas de la epidermis. Los baños de mar favorecen que estos líquidos vuelvan a la superficie, para ser eliminados a través de la epidermis.
Masaje natural de la piel
El mar, gracias a la simple acción mecánica ejercida por la presión del agua, es capaz de mejorar el aspecto de la piel de naranja y reducir las cartucheras. Es decir, el mar ejerce un delicado pero eficaz masaje en los puntos críticos del cuerpo. Basta con sumergirnos en el agua hasta la cintura o los hombros, y saltar las olas como hacen los niños. Practicarlo durante media hora al día permite obtener resultados visibles en un par de semanas.
Otro masaje moldeador es el ofrecido por el movimiento de las olas o el darnos un paseo, con los pies desnudos, por la orilla. Pasear con el agua hasta la mitad de la pantorrilla es un pasatiempo relajante y útil para el cuidado de las piernas, las cuelas por cierto tienden a sentirse más cansadas e hinchadas durante los meses de verano. Una media hora por la mañana temprano y una hora al anochecer son las sesiones adecuadas para este saludable paseo. El terreno sobre el que caminamos, la arena mojada, además de ejercer un agradable masaje en las plantas de los pies, obliga a los músculos de las piernas a llevar a cabo movimientos más acentuados que cuando caminamos fuera del agua. De esta manera, se favorece la circulación de la sangre, evitando el riesgo de aparición de varices o de retención de líquidos.
El masaje del agua fría ejerce un efecto natural vasoconstrictor en las venas y capilares, tonificando el sistema venoso al completo. Una alternativa todavía más eficaz es caminar a unos metros de la orilla con el agua hasta las caderas. El movimiento no solo hace partícipe a todos los músculos de las piernas, sino que hace funcionar también los abdominales y los dorsales. El movimiento combinado con la presión del agua ejerce un tipo de presoterapia natural.
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