Es una de las peores sensaciones que se pueden sentir. Todo lo que no sabías del ghosting: el motivo por el que nos afecta tanto
Vivir en la ignorancia puede ser algo muy positivo cuando se trata de amor. Y es que hay un aspecto muy reseñable y a tener muy en cuenta acerca de una de las prácticas que se ha popularizado en los últimos años y que puede dejar muy tocado a la otra persona. Hablamos, como no podía ser de otra manera, del ghosting. Se trata de una de las peores sensaciones que se pueden llegar a transmitir cuando estás hablando con una persona y de repente y sin venir a cuento esa conversación termina de un momento a otro sin verlo venir.
La continuidad de un intercambio de mensajes a través de diferentes aplicaciones móviles es algo muy popular hoy en día a la hora de entablar relaciones de amistad y también de pareja. De hecho, en esta última década se han forjado muchos noviazgos como consecuencia de inicios de conversaciones a través de redes sociales. No obstante, esto no siempre llega a buen puerto y todo se queda a la mitad o bien por un acuerdo entre ambas personas, o en el caso de que tengas la extrema necesidad de cortar por lo sano avisando al receptor, aunque no siempre se hace así y caemos en el ghosting.
Ser víctima de ghosting y por qué afecta
De esta manera, llegamos al famoso ghosting, el cual significa ausencia de mensajes de un momento a otro sin venir a cuento y sin que la otra persona nos dé motivos. Y esto es algo que afecta y mucho al que lo sufre por varias razones. La primera y más obvia tiene que ver con nuestro propio cerebro y es que intentamos sacar conclusiones para justificar el motivo real de que hayamos sufrido esto con el objetivo de calmar nuestra ansiedad. Se montan teorías que no tienen muchas veces que ver con la realidad y que provocan frustración ante la falta de respuestas y también sabiendo que presumiblemente nunca las podamos tener.
También puede afectar el ghosting en el hecho de sentirnos directamente abandonados cuando estábamos empezando a tener una relación afectiva con la otra persona. También se puede reforzar una creencia negativa sobre nosotros mismos o ampliar heridas si se han sufrido experiencias traumáticas previamente por lo que nos cerramos a nuevas relaciones. Creemos que no somos lo suficientemente buenos y las dudas se acrecentarán hasta el punto de recordar todo con tristeza y dolor y no saber discernir realmente si los buenos momentos fueron reales o no. Y todo se resume en que el ghosting es un rechazo social, por lo que es lógico y normal que nos duela y nos haga sentir mal.