Tensión arterial: ¿Tus valores son correctos?

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La tensión arterial puede ser un enemigo silencioso de nuestra salud. ¿Tus valores son correctos? Es la pregunta a responder, sobre todo si tenemos en cuenta que la tensión arterial elevada –hipertensión arterial- no siempre produce síntomas, pero obliga a órganos tan importantes como el corazón o los riñones a realizar un sobreesfuerzo y hace que las arterias vayan perdiendo flexibilidad. ¿Cómo interpretar los valores de la tensión arterial?, ¿cómo saber si la tenemos alta, baja o normal?
 
La tensión arterial, en pocas palabras, es la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias a medida que fluye. Son muchos los factores que influyen en la tensión arterial –en sus valores-, determinando la fuerza y el ritmo al que trabaja nuestro corazón y a la cantidad de sangre circulante. Si nunca te has tomado la tensión, es hora de hacerlo, ya que puede ser hipertensa sin saberlo. La tensión arterial no siempre presenta síntomas, pero puede disparar los riesgos de padecer insuficiencia renal, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus. En el caso de la mujer, a partir de los 40 y, sobre todo, después de la menopausia, los riesgos de tener problemas con la tensión se multiplican. Los malos hábitos –dieta desequilibrada y sedentarismo- pueden elevarla. De hecho, en los últimos años, los diagnósticos de hipertensión vinculados con los malos hábitos alimenticios y el sobrepeso han aumentado considerablemente. Algunos anticonceptivos orales, en el caso de la mujer, también elevar la tensión ligeramente.
 

Valores máximos y mínimos

Al tomarnos la tensión obtendremos dos valores, uno máximo o presión arterial sistólica –cuando el corazón se contrae para impulsar la sangre hacia las arterias que la distribuyen- y otro mínimo o presión diastólica –cuando el corazón está relajado-. Se considera que la tensión tiene unos valores normales cuando es de 120/80 (12/8). Si los niveles están por encima de 140/90 (14/9) se considera que hay un problema de hipertensión arterial, cuyo diagnóstico hay que tener muy en cuenta. En caso contrario, es decir, si los niveles están por debajo, se considera que la tensión es baja.
 
Si tenemos la tensión alta es hora de adoptar una serie de medidas. De entada, actuar contra los kilos de más, siguiendo una dieta más sana y equilibrada y practicando ejercicio físico, reduciendo la ingesta de sal, dejar el hábito del tabaco si somos fumadoras y limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
 
Para confirmar el diagnóstico es importante tomarse, al menos, tres veces la tensión durante una semana. Tener la tensión alta o baja en un determinado momento puede deberse a un desequilibrio temporal, por ejemplo, una situación de estrés, un cambio emocional, el calor excesivo o un problema de deshidratación. Durante la etapa del embarazo también los cambios en los valores de la tensión arterial también son muy frecuentes, debido a los cambios hormonales y a la dilatación de los vasos sanguíneos propios de este periodo.
 
Para adelantarnos a cualquier problema de salud, en este caso de la tensión, es aconsejable realizarse mediciones de manera periódica. De igual manera, es importante seguir unos hábitos saludables para prevenir cualquier dolencia y controlar la tensión.

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