Talasoterapia: Agua del mar para revitalizar tu organismo

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Talasoterapia: Agua del mar para revitalizar tu organismo. La talasoterapia explota las virtudes del agua del mar para mejorar los síntomas de diferentes trastornos físicos y estéticos, desde el estrés y el insomnio a problemas respiratorios como asma o bronquitis crónica. El agua marina, además de ser rica en sales minerales, es un elemento vivo gracias a la presencia de millones de microorganismos. Una terapia que nos permitirá recuperar energías y reactivar nuestro organismo. Entre otros beneficios, tonifica la musculatura, estimula la circulación y mejora los problemas dermatológicos.
 
El agua del mar, a diferencia del agua dulce, se caracteriza por su contenido en oligoelementos, entre ellos, sodio, potasio, yodo o zinc, a los cuales se les atribuyen efectos beneficiosos para el tratamiento de determinadas dolencias o trastornos de la salud. La talasoterapia puede ser una buena aliada para combatir los dolores musculares y reumáticos, la artritis y la artrosis, y las enfermedades del aparato respiratorio, como por ejemplo asma, bronquitis crónica, rinitis y faringitis. En el caso de las mujeres, el agua del mar, además, se revela como particularmente eficaz en el tratamiento de algunas alteraciones ginecológicas, como menstruaciones dolorosas, al tiempo que impide la aparición de hongos y ayuda a prevenir infecciones vaginales como la candidiasis.
 
Asimismo, la talasoterapia también está considerada un óptimo tratamiento para revitalizar el organismo en los casos de estrés, fatiga crónica y problemas de insomnio. Y no termina aquí la lista de beneficios que nos puede reportar una terapia que extrae lo mejor del agua del mar, ya que si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento o hemos perdido peso recientemente, ayuda a combatir la celulitis y las acumulaciones de grasa localizada.
 

Talasoterapia: Tratamientos

La terapia más clásica, y que ayuda a combatir la acumulación de toxinas, consiste en la inmersión en agua salada caliente, lo que permite al cuerpo absorber todas las sales minerales y los oligoelementos que están disueltos en el agua.
 
La piel es, sin duda, una de las grandes beneficiadas de la talasoterapia. Después de un baño caliente, es aconsejable pasar a un baño de agua fría, un cambio térmico que estimula el aparato circulatorio.
 
Los tratamientos de talasoterapia también incluyen duchas o baños de hidromasaje, baños de microburbujas, inhalaciones, baños de vapor marino, pediluvios, maniluvios, apósitos de algas y fangos marinos. Cualquiera que sea el tratamiento a seguir, para reforzar sus efectos, se aconseja aumentar la ingesta de líquidos para hidratar el organismo. Las mejores opciones, el agua y los zumos naturales de frutas.
 
¿A quién está especialmente dirigida la talasoterapia? Como hemos visto, es una forma más de cuidarse, sobre todo si padecemos problemas articulares, musculares, respiratorios, inflamatorios, metabólicos o circulatorios. En el caso de los deportistas, también es una terapia eficaz para ayudar en la recuperación de las posibles lesiones de tipo muscular y articular, sobre todo porque es un tratamiento que se puede aplicar directamente en la zona a mejorar.
 
Eso sí, en el caso de hipertensión no controlada, o problemas de insuficiencia renal o cardiaca, hay que consultar antes de someterse a este tratamiento.

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