Detrás de este curioso nombre, síndrome del impostor (acuñado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes), se esconde un trastorno del comportamiento que puede llegar a convertirnos en nuestros propios saboteadores, infravalorando los logros y achacando los retos conseguidos a factores externos, como el azar incluso. De hecho se estima que, aproximadamente 7 de cada 10 personas, lo han padecido o padecerán en algún momento de sus vidas. Las personas que padecen este síndrome no solo se sienten inseguras, sino que pueden llegar a creer que no merecen los logros alcanzados (acceder a una nueva responsabilidad en el trabajo, por ejemplo) y se sienten como auténticas impostoras, mostrándose además temerosas de ser descubiertas. No es un trastorno que deba ser subestimado, ya que puede afectar severamente a la actitud y comportamientos de quien lo padece. Vamos a ver, más detenidamente, qué hay detrás del síndrome del impostor.
Qué es
Se define como el conjunto de pensamientos de insuficiencia aunque la realidad indique lo contrario. Pensar de manera reiterada que no estamos a la altura de los retos o logros conseguidos, creer que lo que tienes es producto de la suerte más que de tu esfuerzo o constancia, puede llegar a minar enormemente la confianza y seguridad de una persona. En el caso del síndrome del impostor, o pesimismo defensivo, uno mismo se convierte en su principal enemigo a nivel emocional. Un trastorno al que son más vulnerables las personas exitosas o con grandes logros académicos, laborales o personales y, dentro de este grupo, las mujeres, quizá debido a los condicionantes sociales que todavía hoy hacen sentir a las mujeres que tienen que esforzarse el doble para conseguir los logros y éxitos.
Causas
Existen múltiples factores que pueden desencadenar el síndrome del impostor. Según los expertos en psicología, entre las causas más comunes se incluyen:
- Baja autoestima
- Falta de seguridad en uno mismo
- Pérdida de confianza en uno mismo
- Inseguridad provocada por las opiniones de terceras personas (compañeros de trabajo, amigos, por ejemplo)
- Inseguridad por experiencias vividas. Así, por ejemplo, si durante la infancia o adolescencia vivieron experiencias de pérdida de confianza o críticas por parte de figuras relevantes (padres, hermanos, profesores).
- Las personas con un historial académico poco destacado pero que han logrado el éxito en sus carreras o trabajos.
Cómo superar el síndrome del impostor
Hay una serie de consejos a tener en cuenta para superarlo, sin olvidar que también podemos contar con ayuda profesional.
Nadie es perfecto
La perfección es, de entrada, algo subjetivo, y lo verdaderamente cierto es que nadie es perfecto y todos cometemos errores cada día, y el trabajo no es una excepción. De lo que se trata es de hacerlo lo mejor posible, y cuando se comete un error o algo no sale como se esperaba, hay que aprender de ese error.
Evitar las comparaciones
Las comparaciones no solo son odiosas sino que nos roban energía y pueden hacernos caer en la envidia. Cada uno de nosotros es diferente, con sus aptitudes y habilidades, y esos deben ser nuestros puntos fuertes, en lugar de querer aparentar ser quien no somos porque eso sí nos hará sentir más inseguros.
Expresar tus sentimientos
En ocasiones es suficiente con expresar en palabras las emociones o los temores, pidiendo opinión a los familiares y amigos más cercanos. Darle vueltas constantemente no conduce a ninguna parte.
Aceptar los cumplidos
Acéptalos y no te cuestiones continuamente a qué responden los elogios y si los mereces. Si te lanzan un cumplido, disfrútalo.
Pensar en positivo
Los pensamientos negativos son el camino directo a la frustración y a la inseguridad. Para pensar en positivo cada día elabora una lista de aquellas tres cosas que realmente merecen la pena en tu vida y tienes a tu lado, y piensa en ellas cuando te sientas baja de ánimo.
Evita las personas tóxicas
Nada peor para minar la autoestima que rodearse de personas tóxicas y dejarse llevar por sus comentarios. Elude las energías negativas y busca rodearte de personas que te motiven.
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