El Shinrin Yoku o baños de bosque es una técnica originaria de Japón con beneficios terapéuticos como ayudar a combatir la ansiedad, el estrés y reducir la presión arterial. El Shinrin Yoku no solo propone empaparse de naturaleza con los cinco sentidos, sino solventar el que ya se conoce como déficit de naturaleza o de paisaje. El verde, como vamos a descubrir, es una apuesta segura por la salud y el bienestar. La mejor medicina para el cuerpo y la mente.
Los baños de bosque surgieron en la década de 1980 en Japón como terapia para la prevención de enfermedades. Una técnica que aúna naturaleza y salud y que ya se ha extendido a otros países como Corea del Sur, Estados Unidos o España.
Beneficios de los baños de bosque
El corazón es uno de los principales beneficiados de los baños de bosque, una técnica cuyos beneficios han sido respaldados por diversos estudios científicos. ¿Cómo mejora la salud empaparse de verde? Dar un paseo de un par de horas por el bosque:
¿Cómo darse un baño de bosque?
La idea del baño de bosque es realizar un itinerario terapéutico (nada de teléfonos móviles, por supuesto), en plena naturaleza y a ser posible en un bosque de árboles longevos; un paseo tranquilo, con un recorrido de mínimo desnivel, de unos 100 minutos de duración. Una actividad perfecta para hacer en grupo.
Durante el paseo hay que abrir los cinco sentidos, centrando la atención en los árboles, captando el olor de las plantas, el ruido de las hojas, las texturas de las cortezas, el murmullo del viento y, en definitiva, llenar nuestra mente de la quietud del bosque.
Los expertos aconsejan tomar antes del paseo un té o una infusión para disfrutar más relajados del baño de bosque.
Bosques terapéuticos en España
El Shinrin Yoku es una práctica cada vez más extendida en España contando con bosques perfectos para aprovechar los beneficios terapéuticos que brinda la naturaleza:
El legado de la naturaleza que custodia Navarra es uno de los bosques mejor conservados de Europa, un enclave en el que predominan las hayas y los abetos.
En la provincia de Madrid, es un espectacular bosque de hayas con ejemplares que alcanzan los 20 metros de altura, aunque en el paseo también encontraremos robles, cerezos, abedules…
Declarado Reserva de la Biosfera, está ubicado en la isla de la Gomera, y custodia un impresionante bosque de laurisilva.
Los castaños pueblan este entorno natural de la provincia de Ávila, y al abrigo también se alzan algunos ejemplares de roble. Un paseo terapéutico, especialmente en otoño.
Declarada Patrimonio de la Humanidad custodia en Asturias el mayor robledal de España y uno de los mejores conservados de toda Europa.
Un legado de la naturaleza que custodia Cantabria, y cuya particularidad reside en pasear entre los más de 800 ejemplares de secouyas, algunos de ellos de más de 30 metros de altura.
Encinas y alcornoques poblan el enclave natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva.
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