Tu postura corporal afecta directa e indirectamente en el estado de ánimo y con consciencia y constancia se puede regular.
Tener consciencia sobre nuestra posición corporal puedo ayudar a entender mejor qué nos pasa en cada momento.
La postura corporal es muy importante. Tanto, que puede llegar a condicionar nuestro estado de ánimo. Tener consciencia de nuestra posición corporal nos puede ayudar a entender mejor qué nos pasa. Si tenemos una mala postura corporal, el cerebro puede incluso mandar mensajes equivocados y condicionar nuestro ánimo.
Por ejemplo, una postura erguida y confiada, con la espalda recta y los hombros hacia atrás, suele asociarse con un estado de ánimo positivo y una sensación de empoderamiento. En contraste, una postura encorvada y cerrada, con los hombros caídos y la cabeza hacia abajo, puede generar tristeza, falta de confianza y fatiga, influyendo en un estado de ánimo negativo y malestar físico.
La postura afecta a la química e influencia el cerebro
Algunos estudios han demostrado que la postura puede afectar la producción de hormonas y neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo. Por ejemplo, mantener una postura erguida puede aumentar los niveles de testosterona (hormona relacionada con la confianza) y disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
Nuestra postura tiene línea directa con el cerebro. Envía señales a nuestro cerebro y este responde según lo que descifra del cuerpo. Si nos mantenemos erguidos y con una postura abierta, el cerebro puede interpretar esto como un indicio de confianza y bienestar. Mantener una buena postura también facilita el flujo sanguíneo hacia el cerebro. De esta forma, puede mejorar la oxigenación y el funcionamiento cognitivo.
Efectos en la respiración y el dolor físico
Una postura encorvada puede limitar la capacidad pulmonar y dificultar la respiración profunda. Esto puede llevar a una menor oxigenación del cuerpo y a una sensación de fatiga y baja energía. Esto puede influir directamente en el estado de ánimo.
Por otra parte, todo el mundo sabe que el dolor de espalda suele poner de mal humor. Una mala postura puede llevar a tensiones y dolores musculares, especialmente en la espalda y el cuello. Esto puede afectar el estado de ánimo, ya que el dolor crónico o persistente puede tener un impacto negativo en el bienestar emocional.
Empezar a mejorar la postura corporal
Lo más importante para empezar a mejorar tu postura es tener consciencia de ella. Mantén la espalda recta y los hombros relajados. Evita estar mucho tiempo sentado, y si lo haces, ajusta la altura de la pantalla de tu ordenador. También es muy importante realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda y hacer estiramientos. Prácticas como el Yoga o Pilates también puden ayudar a corregir malas posturas.