¿Tu cuerpo habla? La respuesta, sin duda, es que sí. No solo envía señales que nos alertan de que algo no va bien, sino que, de manera cotidiana, nuestro cuerpo realiza una serie de ruidos cuyo significado no siempre conocemos. Ruidos que podríamos definir como extraños, aunque no podemos olvidar que nuestro cuerpo es una máquina que debe funcionar de manera precisa. Ruidos que, en ocasiones pasan prácticamente desapercibidos, pero que en otros casos también pueden hacernos sentir cierta incomodidad. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a tu cuerpo?
Los ruidos del cuerpo humano
Cada ruido corporal tiene una causa, y ésta es la que vamos a desvelar recorriendo el cuerpo para detenernos en esos extraños silbidos, crujidos, pitidos… y otros ruidos. Extraños o no seguro que, en alguna ocasión, los ha escuchado salir de tu cuerpo.
Un leve pero, constante silbido al respirar, y cuya causa suele radicar en la acumulación de mucosidad en las fosas nasales obstruyendo el paso del aire. Suele ser una molestia que acompaña a los resfriados y a las alergias. Eso sí, si no responde a ninguna de estas causas, o no remite, conviene consultar al médico ya que puede ser un signo de un posible desgarro del cartílago de las fosas nasales. Otro de los ruidos de nuestro cuerpo son los estornudos, para limpiar las vías nasales. Por cierto, al estornudar el aire sale a más de cien km/hora.
Es uno de los ruidos que, con más frecuencia, produce nuestro cuerpo. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, es estima que 4 de cada 10 personas roncan, tanto hombres como mujeres. La principal causa de los ronquidos es la obstrucción de la vía respiratoria superior. Los ronquidos pueden ser frecuentes en caso de personas con sobrepeso por la grasa que se acumula en el cuello y que también estrecha la vía aérea.
Un ruido que se produce al abrir y cerrar la boca o al masticar. También puede aparecer al bostezar e, incluso, al hablar. El sonido procede de tu articulación temporomandibular, y en principio no debería producirse, por lo que conviene consultar al dentista ya que puede ser un aviso de que algo no va bien en la apertura y cierre mandibular. El chasquido puede deberse también a la falta de alguna pieza dental o a la reducción del tamaño de las piezas.
Detrás de este particular nombre se esconden los ruidos que hace nuestro abdomen. Se conocen como borborigmos o ruidos hidroáreos abdominales y es el ruido que hacen los intestinos a medida que empujan los alimentos. Estos ruidos (como una especie de eco en los intestinos), aunque puedan parecer molestos, resulta que son señal de buena salud digestiva. Si aparece antes de la hora de comer, es una señal de que el estómago está vacío.
Eruptar en público se considera un gesto de mala educación, pero curiosamente este ruido es importante para la salud del cuerpo, ya que permite liberar los gases. Si éstos no se liberan, tienden a acumularse en los intestinos, provocando la dilatación de las paredes. En los casos más severos pueden terminar perforando el intestino.
El hipo es, sobre todo, molesto para quien lo padece. Este ruido se produce cuando el ritmo del diafragma se desestabiliza, lo que lleva a que este músculo se contraiga de forma espasmódica, lo que da lugar a que el aire salga de manera brusca produciendo ese particular sonido y una molesta convulsión.
Este crujido proviene de los dedos, rodillas o codos. Cuando permanecemos mucho tiempo en la misma postura (sentados, de cuclillas…), la presión de las articulaciones se reduce y en ese espacio se forman una especie de burbujas. Estas burbujas proceden del gas del líquido que, al doblar las articulaciones, se encarga de mantenerlas lubricadas. El crujido es, en realidad, las burbujas estallando. Un sonido que no produce molestia, porque en caso contrario conviene consultar al médico ya que podría ser un síntoma de deterioro de los huesos o del cartílago.
Todos, en algún momento, hemos notado un zumbido o pitido en el oído (en términos médicos, tinnitus). No solemos prestarles atención porque generalmente duran unos pocos segundos y suelen estar causados por una exposición prolongada a ruidos de intensidad alta. Sin embargo, conviene consultar al médico ya que pueden síntoma de alguna infección, de tapones de cera que necesitan ser extraídos, o de la presencia de algún objeto extraño en el oído. También puede revelar alguna lesión corporal (en la columna, huesos de la cara).
Tal y como constatan los expertos en salud, este tipo de ruidos en los oídos es más común en las personas con la tensión arterial alta o con diabetes.
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