Proteger los oídos en verano es clave para evitar los riesgos de infección, por el mayor contacto con la humedad, así como una de las patologías más comunes de la temporada estival, el barotraumatismo, y que afectaría aproximadamente a 7 de cada 10 españoles. Cuidar los oídos evitará, además de una molesta sensación de dolor, lesiones mayores en el conducto auditivo.
El verano invita a relajarse, pero en cuestión de salud no es momento de bajar la guardia, ya que podemos exponer a nuestros oídos a riesgos innecesarios.
Barotraumatismo del oído
El barotraumatismo es una patología causada por los cambios de presión en el aire o en el agua que produce el taponamiento de los oídos. El barotrauma de oído más frecuente y que puede causar dolor es el provocado por un cambio de altitud.
¿Cuándo nos exponemos más a un barotrauma de oído? Al viajar en avión, al circular en coche por montaña o al bucear. Y de hecho, según estudio realizado por los especialistas de Oi2 Centros Auditivos, el 71% de los españoles sufre barotraumatismo en verano.
En concreto, un 40% lo padece al viajar en avión o tren, mientras que el 31% cuando se baña en la piscina o mar. El resto afirma que la presión no suele afectarle a sus oídos.
Barotrauma del oído síntomas
Los síntomas más comunes de esta molestia son:
- Dolor de oídos
- Sensación de oídos taponados
- Pérdida de la audición
- Mareos
Para aliviar estas molestias en el oído se puede recurrir a mascar un chicle, bostezar o inhalar y exhalar suavamente con la boca y las fosas nasales cerradas. Estos remedios permiten liberar el oído de la presión. En algunos casos puede ser necesario utilizar un descongestionante oral o un antibiótico si aparece infección.
Proteger los oídos en verano
El verano, bañarse en la playa y en la piscina pueden pasar factura a los oídos, a los cuales no siempre prestamos la atención debida hasta que aparecen las molestias. De hecho, según datos este estudio, el 36% de españoles reconoce sufrir más dolores de oídos en esta época. ¿Cómo proteger los oídos?
- Evitar exponerse a ruidos fuertes y a corta distancia.
- Mantener los oídos secos.
- Utilizar tapones para evitar el contacto del agua con los oídos.
- Evitar bañarse en aguas poco saludables.
- Evitar usar bastoncillos para los oídos.
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