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La principal diferencia entre ambos radica en que el desodorante nos ayuda a oler bien, tiene la capacidad de enmascarar el mal olor, mientras que los antitrasnspirantes, como su propio nombre indica, regulan la transpiración bloqueando los conductos de las glándulas del sudor. Son, en líneas generales, las principales diferencias entre dos productos específicos para cuidado de la piel. A la hora de hablar de desodorantes cabe además hacerse la pregunta de si los naturales son verdaderamente efectivos.
Por qué huele el sudor
El sudor, aunque le persigue la mala fama, no solo no tiene olor, sino que cumple una función muy importante, la de regular la temperatura de nuestro cuerpo y ayudar a eliminar las toxinas. Lo que hace que nuestro cuerpo desprenda olor al sudar son las bacterias que se encuentran en la piel, en este caso en la zona de las axilas. Se considera que la temperatura corporal normal son los 37 grados. El calor, realizar un esfuerzo físico, el estrés, el miedo a sonrojarnos o los nervios pueden elevar nuestra temperatura. El organismo reacciona produciendo sudor para equilibrar la temperatura.
No obstante, aunque es cierto que carece de olor, el sudor puede ser un incómodo compañero. Para prevenirlo, los desodorantes y los antitranspirantes.
¿Son lo mismo estos dos productos corporales? Aunque pueden compartir forma o envase (spray, roll-on o stick), no lo son. Los desodorantes, incluidos en la familia de los cosméticos, se utilizan para enmascarar el mal olor, gracias a su contenido en fragancias o en etanol. Es decir, no evitan que sudemos pero sí el mal olor.
Por su parte, los antitranspirantes se encargan de regular la transpiración con el bloqueo de las glándulas sudoríficas. Esto se consigue con su contenido en sales de aluminio o zirconio. El desodorante reduce la producción de sudor menos de un 20%. Los antitranspirantes superan ese porcentaje e, incluso, algunos incluyen compuestos antibacteriales. Desodorantes y antitranspirantes también se diferencian en la duración. Así, en los primeros, la efectividad ronda entre las 8 y las 12 horas, mientras que en el caso de los antitranspirantes puede ser de varios días (entre 3 y 5).
En los casos de pieles muy sensibles o intolerantes al alcohol sí puede aparecer enrojecimiento, sequedad, picores o eccemas. En los casos de excesivo sudor (hiperhidrosis), lo más aconsejable es apostar por los antitranspirantes, al igual que en los casos en los que se realiza mucho deporte o actividades físicas intensas.
Conviene consultar el etiquetado del producto para saber sus componentes, sobre todo si somos alérgicos. Tanto los desodorantes como los antitranspirantes se deben aplicar tras lavar y secar correctamente la zona de las axilas. La utilización correcta de los desodorantes o antitranspirantes, al igual que sucede con el resto de productos de uso dermatológico, es la mejor manera de evitar cualquier mínima problema en la piel.
Sí funcionan, pero hay que conocer cuáles son sus componentes, al igual que sucede con los desodorantes normales, para descartar posibles irritaciones o alergias de la piel.
Hoy en día contamos con una amplia gama de productos para reducir los molestos efectos del sudor. En la galería de imágenes encontrarás una selección de los más demandados.
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