¿Cuál es tu grupo sanguíneo? Una pregunta que todos deberíamos saber responder sin problemas. Pero no es así. Conocer el grupo sanguíneo (A, B, AB y 0) puede ser vital en una situación de urgencia, por ejemplo, ante la necesidad de donar sangre o de recibir una transfusión. No todos los grupos sanguíneos son compatibles. La diferencia entre ellos radica en la presencia o no en los glóbulos rojos de las proteínas denominadas antígenos. Así, las personas con grupo sanguíneo A pueden donar a receptores con sangre de tipo A y AB; el grupo sanguíneo B, al B y al AB; el AB, solo al AB; y el grupo 0 puede donar a todos. Hay otro antígeno, el Rh negativo o positivo, que también influye en la incompatibilidad de la sangre.
No es el único argumento para saber cuál es nuestro grupo sanguíneo. Ya que el tipo de sangre, según han constatado diversos estudios, puede determinar nuestra mayor o menor vulnerabilidad a padecer determinadas patologías. Así, por ejemplo, un estudio llevado a cabo por investigadores del Brigham and Women’s Hospital y de la Harvard Medical School de Boston, Estados Unidos, tras analizar los grupos sanguíneos de más de 80.000 mujeres y hombres, constató que aquellos que tenían sangre del grupo 0 eran las que presentaban el riesgo más bajo de padecer un problema cardiovascular. Por su parte, el grupo AB, según este estudio, tendría el riesgo más alto enfermedad cardíaca, un 23% mayor en comparación al grupo 0. Para el grupo B, el riesgo sería del 11% y la del grupo A, un 5%.
Otro estudio, en este caso publicado en American Journal of Epidemiology, relacionó el grupo sanguíneo con el riesgo de padecer cáncer de estómago. Según dicho estudio, las personas de tipo AB tendrán un 26% más de probabilidades de padecer este tipo de cáncer que el tipo B o 0.
Fertilidad
El tipo de sangre también es un factor que también influye en el embarazo. En concreto, la denominada incompatibilidad del factor Rh de la sangre de la madre y el bebé puede ser una de las causas de los abortos de repetición. La herencia genética determina el grupo sanguíneo. Si la madre es Rh negativo (el 85% de las personas son Rh negativo) y el padre Rh positivo, puede darse el caso de que el bebé herede el Rh positivo del padre. Al ser una proteína que el cuerpo de la madre reconoce com extraña, puede empezar a generaer anticuerpos, y lo que se conoce como incompabilidad del factor Rh. No suele aparecer en el primer embarazo, pero sí puede provocar algún problema en los siguientes, como anemia o icteria en el futuro bebé.
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