Los beneficios de esta época del año ayudan a mejorar nuestro físico y mente sin necesidad de realizar ningún esfuerzo
Lo sentimos para aquellos a los que les gusta el invierno, pero el verano es la mejor estación. Y no es un juicio personal, si no que nos lo dice nuestra salud. El verano tiene unas características propias que hace que estemos mejor tanto físicamente como mentalmente.
Durante los meses estivales nuestro estilo de vida cambia drásticamente. Ya sea porque nos vemos forzados a ello debido a las condiciones meteorológicas o simplemente porque “nos lo pide el cuerpo”. Sea como fuere, lo que es indiscutible es que nuestra salud mejora.
Gran parte de esta responsabilidad recae en el buen tiempo. Tomar el sol en cierta medida es bueno, ya que adquirimos vitamina D. Esta, además de facilitar la absorción del calcio en los huesos, incrementa la serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad, haciendo que nuestro estado de ánimo sea más alegre.
Por otra parte, disfrutar de una mayor cantidad de tiempo libre para dedicar a planes con los que disfrutamos nos ayuda a reducir el estrés generado durante todo el año. Un descansito más que necesario de desconexión que incrementará nuestra sensación de bienestar. Además, como el tiempo acompaña, es común realizar ejercicio físico, sobre todo en el agua ( nadar, bucear, senderismo…) Y si podemos realizarlos en compañía ¡mucho mejor!
La alimentación también cambia ya que el calor nos hace alejarnos de las comidas más pesadas típicas de invierno. De esta manera se prefiere optar por alimentos más ligeros y fresquitos que nos permitan disfrutar de todos los planes. Un ejemplo de ello son las ensaladas, las frutas de temporada como la sandía o el melón, o los yogures. Así, mejoramos nuestra alimentación sin ser conscientes de ello.
La piel lo agradecerá
Algunas patologías que mejoran durante esta época del año son las relacionadas con afecciones de la piel. La psoriasis, la dermatitis o el acné son algunas que los dermatólogos afirman que se calman durante el verano. Esto es debido a que el sol y el agua del mar actúan en favor de la piel, estimulando su regeneración y desinfectando las zonas afectadas.
Sin embargo, esto no implica descuidar nuestra piel. Al igual que proporciona beneficios, el verano tiene sus inconvenientes. Es por ello que las cremas sociales y una correcta hidratación post-sol sigue estando entre nuestras prioridades.