Piel: Trastorno de pigmentación

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Piel: Trastorno de pigmentación. Se estima que una de cada tres mujeres, de todas las edades, padece algún trastorno de pigmentación o la presencia de manchas en la piel, un problema estético y de salud (sobre todo en el caso de los lunares) que, en algunas ocasiones, puede preocupar más incluso que la aparición de las primeras arrugas propias del envejecimiento. ¿Por qué aparecen las manchas en la piel? ¿Se pueden controlar o eliminar de manera definitiva?
 
El envejecimiento cutáneo o los factores genéticos son dos de las causas que explican la aparición de manchas en las piel, pero no los únicos. De hecho, uno de los factores principales, tal y como subrayan médicos y especialistas en dermatología, es la exposición reiterada a sol. La exposición a los rayos solares incrementa la producción de radicales libres en la piel. Radicales que, en términos médicos, alteran la actividad de síntesis de la melanina en los melanocitos. La hiperatividad de la enzima denominada tirosinasa conduce a una sobreproducción de este pigmento y a una distribución irregular en la epidermis. Así aparecen las manchas oscuras en las zonas expuestas al sol, como la cara, cuello o dorso de las manos.
 
Tampoco nos podemos olvidar de los factores hormonales. En este caso, las manchas suelen aparecer durante el embarazo o por la toma de algunos anticonceptivos, ya que los estrógenos juegan también su papel. Otro factor a tener en cuenta es la ingesta de algunos fármacos que pueden provocar la aparición de manchas.
 
Entre las más manchas más frecuentes están las popularmente conocidas como manchas de la edad, también denominadas léntigos seniles o hiperqueratosis. Son pequeñas manchas de color marrón claro, cuya forma recuerda a una lenteja (de ahí, su denominación). Aparecen generalmente en la cara, dorso de las manos, cara, cuello y piernas. Suelen aparecer a partir de los 40 y, según subrayan los expertos en dermatología, tienen una mayor prevalencia en las pieles claras. La exposición al sol es el principal factor de aparición de estas manchas, las cuales suelen manifestarse a partir de los 40. La fotoprotección es fundamental tanto para su tratamiento como para evitar que vuelvan a aparecer.
 
Una de las manchas que debemos vigilar son los lunares, también denominados neoformaciones de melanocitos. Pueden aparecer en la unión dermoepidérmica, en la dermis o en ambos planos. Los primeros suelen tener una forma lisa y un tamaño variable, con algún pelo. Cuando maduran con el tiempo, pasan a ser lunares mixto y, finalmente, intradérmicos. Son benignos, salvo que sufran un crecimiento rápido, presenten bordes festoneados o tengan un pigmento irregular, fuera del propio lunar.
 
En el caso de las manchas hormonales (melasma), suelen aparecer en el labio superior, pómulos y en la parte inferior del mentón desde edades tempranas. Además de los cambios hormonales, también se exacerban con la exposición a los rayos ultravioleta, al tiempo que el estrés también puede provocar su aparición, sobre todo en la cara, ya que la hormona producida por el estrés estimula los receptores de melanocitos. En este caso, el tratamiento, siempre en el dermatólogo, puede ser más complicado ya que estas manchas aparecen a un nivel profundo en la piel, en torno a u 10% se encuentran en la dermis, frente a un 70 en la epidermis y un 20%, mixtas.
 
Otras manchas menos habituales son la hiperpigmentación debido a cicatrices, dermatitis de contacto u otras irritaciones de la piel. Asimismo, una limpieza exagerada de la epidermis, la dermatitis atópica, o incluso el acné, pueden dar lugar a manchas oscuras en la piel.
 
La hiperpigmentación por la aplicación de sustancias o ingesta de productos fotosensibilizantes (algunos antibióticos o algunos contenidos de perfumes y colonias) o la hipermelanosis (unos puntitos blancos que suelen aparecer en piernas y brazos que aparecen cuando los melanocitos ya no pueden producir más melanina) son dos otros dos ejemplos de manchas menos frecuentes.
 

Manchas en la piel: ¿Se pueden eliminar?

Las manchas se pueden aclarar o eliminar con láser, peelings o cosméticos. Pero si tomamos el sol sin protección volverán a salir. Antes de iniciar cualquier tratamiento, debemos consultar al médico o dermatólogo, ya que este dependerá del tipo de manchas y dónde se encuentran, en la epidermis o en la dermis. Si están en la dermis son más difíciles de eliminar porque no hay renovación celular. Asimismo, las manchas hormonales son más reticentes a desaparecer.

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