Piel de mariposa: ¿En qué consiste y cómo se detecta? En términos médicos, se denomina epidermólosis ampollosa; comúnmente conocida como piel de mariposa, una patología que requiere tratamiento y, en muchos casos, curas diarias. Una enfermedad severa y que, según datos médicos, se estima que afecta a un millar de personas en nuestro país. Se caracteriza por la aparición de ampollas y heridas, por una extrema fragilidad de la piel, al tiempo que existen, en función de su severidad, diferentes tipos de manifestaciones de la piel de mariposa.
Es una patología severa, cuyo origen es consecuencia de un defecto en las proteínas, lo que, en términos médicos, provoca un anclaje entre la dermis y la epidermis, generando la aparición de ampollas y heridas en la piel. Alteraciones de la piel que además llegan acompañadas de dolor. Se estima que en nuestro país un millar de personas padecen piel de mariposa, una patología que como otras que afectan a la piel, también puede aparecer en la infancia.
Piel de mariposa: Tipos
Esta patología se puede dividir en tres tipos: simple, juntural y distrófica. Precisamente esta última, la distrófica recesiva, es la más grave, teniendo además un origen hereditario, ya que se transmite cuando uno de los dos progenitores también padece esta patología, y cuando se tiene lugar una alteración de la denominada proteína colágeno 7. En el caso de este tipo de piel de mariposa, las ampollas aparecen después del parto, al tiempo que la piel de los pacientes es extremadamente frágil. Pueden llegar a perder la movilidad de las articulaciones e, incluso, en algunos casos producirse una fusión de los dedos.
Los síntomas que acompaña a la manifestación de la piel de mariposa pueden provocar severos dolores, resultando muy difícil para el paciente poder desempeñar sus actividades cotidianas. Además, la aparición de las ampollas, cuya duración puede variar entre días y años, también puede hacerse extensiva a la boca, lengua y esófago, lo que puede provocar serias dificultades para alimentarse.
Piel de mariposa: Tratamiento
La piel de mariposa es una patología que requiere tratamiento y, sobre todo, la concienciación de la población. El conocimiento de la enfermedad, sus consecuencias y sus tratamientos, es una premisa fundamental para romper la barrera de la exclusión social que muchas veces genera. No es nada fácil convivir con esta patología, ya que entre otros aspectos físicos los pacientes están expuestos a más infecciones de la piel que el resto y suelen requerir curas diarias. Los tratamientos clínicos actuales tienen como objetivo reducir las heridas y, por tanto, los dolores, con curas de 2-3 horas de duración con vendajes antisépticos y apósitos.
La piel de mariposa es una patología que, podríamos calificar, de traicionera, ya que en algunos casos a medida que los pacientes crecen también se vuelven más vulnerables a perder completamente la movilidad o a desarrollar tumores cutáneos. Los avances que se están consiguiendo en el campo del diagnóstico genético y molecular (terapia génica) pueden aportar muchas respuestas sobre la piel de mariposa.
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