Parálisis de Bell: ¿Qué es y cuánto dura? Se trata de una patología facial, una parálisis de una parte de la cara que, aunque en la mayoría de los casos remite en un plazo corto de tiempo (entre varias semanas y seis meses), en otros puede ser permanente. La parálisis de Bell afecta a la función de uno de los dos nervios faciales (ubicados debajo del oído), una incapacidad que puede afectar a la calidad de vida de quien la padece, ya que condiciona algunos de los gestos voluntarios más cotidianos, desde sonreír, cerrar y abrir los ojos o saborear un alimento.
¿Cuáles son los síntomas?, ¿la edad es un factor de riesgo o puede aparecer a cualquier edad? La parálisis de Bell (parálisis facial periférica) afecta a los nervios faciales, cuya función es la de controlar los músculos de los dos lados de la cara, músculos que intervienen en gestos como el parpadeo, fruncir el ceño o sonreír. Pero tiene un papel más relevante, ya que el nervio facial también se encarga de transmitir los impulsos nerviosos a las glándulas salivares y las lacrimales. Cuando aparece la parálisis de Bell (inflamación o hinchazón del nervio y posterior compresión) esta función (sensorial y motora) se interrumpe. La causa de este problema sigue siendo una incógnita, si bien los especialistas apuntan, entre otros, a una consecuencia de una infección viral (meningitis) o a la presencia de herpes simples. La parálisis de Bell puede aparecer a cualquier edad.
Parálisis de Bell: Síntomas
¿Qué síntomas provoca este trastorno? El daño en el nervio facial puede provocar la aparición de parálisis de uno o los dos lados de la cara, debilidad en la zona afectada o a la aparición de tics. Otros síntomas, los cuales varían en función del paciente y de la severidad de la parálisis, pueden ser la sequedad de los ojos o de la boca, caída del párpado (riesgo de conjuntivitis), lagrimeo constante o pérdida del sentido del gusto, dolor de cabeza, mareos, dificultades para comer o beber y zumbidos en los oídos. Los síntomas de la parálisis de Bell suelen aparecer de repente, sin avisar, lo que complica su prevención.
Diagnóstico y tratamiento
El tratamiento de la parálisis de Bell se centra sobre todo en eliminar el daño producido en el nervio, para lo que se suelen prescribir fármacos antivirales o antibacterianos (en algunos casos se administran corticoides para reducir el proceso de inflamación del nervio). El tratamiento, si lo prescribe el médico, se puede completar on vitamina B para fortalecer la recuperación del nervio.
En este mismo capítulo, algunas investigaciones apuntan hacia la acupuntura como una aliada en el tratamiento y para ayudar a la recuperación de la movilidad de los músculos faciales.
El diagnóstico requiere de una exploración médica basada sobre todo en valorar el grado de movilidad voluntaria de los músculos de la cara. Retardar el diagnóstico, tal y como subrayan los especialistas, puede reducir las probabilidades de recuperación, siendo los pacientes en estos casos candidatos a someterse a un tratamiento quirúrgico.
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