Obesidad y diabetes: Cirugía metabólica para prescindir de la insulina

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Obesidad y diabetes: Cirugía metabólica para prescindir de la insulina. Una intervención quirúrgica que, según los datos aportados por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, se posiciona como una solución eficaz para el abordaje de la obesidad que además permitiría revertir la patología de la diabetes. De hecho, ocho de cada diez pacientes con problemas de obesidad y diabetes podría dejar de administrarse insulina tras someterse a la cirugía metabólica.
 
La obesidad y la diabetes son dos patologías que pueden ir de la mano. Para su abordaje los especialistas centran la atención en la cirugía metabólica, una intervención quirúrgica a la que los datos obtenidos hasta ahora permiten avalar como una solución eficaz para los pacientes obesos con diabetes tipo 2. Según los datos aportados en el Congreso Médico Quirúrgico de la Obesidad, organizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, Cirugía de la Obesidad Mórbida y Sociedad Española de las Enfermedades Metabólicas, el 80% de los pacientes con problemas de obesidad y diabetes podrían dejar de administrarse insulina tras someterse a esta operación. Un tratamiento alternativo cuyo objetivo es doble. Por una parte, mejorar la calidad de vida de los pacientes y, por otro lado, reducir los riesgos de complicaciones asociadas a la diabetes, como puede ser la retinopatía, la patología cardiovascular o la nefropatía, entre otros.
 
Los especialistas apuntan a que estamos ante un tratamiento eficaz en los casos de diabetes tipo 2, si bien dejan claro que se trata de una técnica selectiva. Es decir, de momento solo es aplicable en un perfil concreto de paciente, ya que hay que tener en cuenta que se trata de una intervención que supone manipular el tubo digestivo. Por este motivo, en principio, estaría indicada para los pacientes con problemas de sobrepeso (índice de masa corporal superior o igual a 35) y con trastornos metabólicos (diabetes mellitus tipo 2 o hipercolesterolemia). Hay que señalar que en la gran mayoría de los casos estos dos tipos de trastornos suelen estar asociados a los problemas de peso. Está indicada especialmente, apuntan los especialistas, en los casos en los que la diabetes resulta difícil de controlar siguiendo un tratamiento farmacológico y modificando los hábitos dietéticos.
 
El diagnóstico precoz de la diabetes es esencial, sobre todo si se tiene además un problema de sobrepeso. Hay que recordar que estamos ante una patología que puede ser silenciosa, es decir, no mostrarse visible desde el primer momento. El retraso en el diagnóstico no solo nos hace más vulnerables a padecer posibles complicaciones, sino que en el caso de la nueva cirugía metabólica también puede influir, en la medida que reduce las tasas de remisión de la diabetes. Así, según han apuntado los especialistas, cuando el diagnóstico de la diabetes se demora más de diez años, el paciente se administra insulina y además las pruebas detectan baja reserva pancreática, las probabilidades de éxito se ven reducidas. Justo lo contrario a lo que sucede cuando el diagnóstico es precoz y el paciente lleva poco tiempo tomando dosis de insulina, a lo que hay que sumar que la reserva pancreática sea buena.

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