Con demasiada frecuencia se recurre a la bollería y otros alimentos dulces, aunque no es la alternativa más saludable. Vamos a ver cuáles son las meriendas para niños que debemos evitar si no queremos desequilibrar su dieta.
Comer bien es fundamental a cualquier edad, máxime en edad de crecimiento y desarrollo infantil. De ahí la importancia de promover hábitos saludables y enseñar a los más pequeños a comer de manera sana, variada y equilibrada. Entre las comidas del día, la merienda también es importante, aunque no siempre lo veamos así. De hecho, a la hora de la merienda, como padres, solemos conceder licencias, como tomar un dulce o un producto de bollería. Hacerlo de vez en cuando no es un problema, pero sí se convierte en la tónica general de las meriendas de los niños.
Dulces, patatas fritas, snacks salados, bebidas refrigeradas o azucaradas… son algunas de las alternativas a la hora de la merienda que debemos evitar, especialmente cuando el niño realiza poco actividad física. Hay que prestar también atención a los zumos de fruta envasados, ya que pueden tener exceso de azúcares. Los barquillos y los productos de bollería (desde un croissant a un donut, por ejemplo) tampoco son las mejor alternativa. En cuanto al pan con crema de avellanas y cacao, uno de los bocadillos que sin duda más gustan a los niños, también hay que comerlo con moderación.
Si elegimos snacks salados, hay que saber elegir. La industria alimentaria es cada vez más consciente de la necesidad de utilizar ingredientes de calidad. En el caso de los snacks salados, conviene comparar varias marcas y leer atentamente los ingredientes porque, si buscas, puedes encontrar patatas fritas de bolsa que no contienen más que patatas, aceite de oliva o de girasol y sal o gusanitos que se elaboran con sémola de maíz, aceite de girasol y sal. Recuerda que hay muchos otros aperitivos salados sanos, como las brochetas de piña o uva y queso, los pinchos de tomatitos con anchoa, las olivas rellenas o el surimi con huevos picados.
Meriendas para niños: alternativas saludables
A la hora de organizar la merienda contamos con alternativas más saludables. Así, por ejemplo, para activar a los más pequeños podemos prepararles un bocadillo de tomate, queso fresco y pavo con pan multicereales. Los componentes de esta merienda les aportarán mucha energía. Otras opciones sanas son un sándwich de lechuga, pepino y nueces, una bomba vegetal de Omega 3, esencial para prevenir enfermedades cardiovasculares, o un bocadillo de pan payés con jamón serrano, rico en vitaminas B1, una inyección de vitalidad y un exquisito revitalizante natural.
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