Menometrorragia: Síntomas, causas y remedios

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La menometrorragia es un trastorno que provoca pérdidas de sangre uterina abundante, y que puede coincidir con la menstruación, aunque las pérdidas continuarán de manera irregular. La menometrorragia se caracteriza además por un flujo menstrual abundante. Una pérdida de sangre fuera de control, entre ciclos menstruales, que puede deberse a diferentes causas. El primer paso es, precisamente, diagnosticar la causa que la provoca para adoptar el tratamiento más adecuado.

Los síntomas
En caso de menometrorragia el síntoma más característico, como hemos señalado, es la pérdida de sangre abundante, tanto coincidiendo con el ciclo menstrual como entre ciclos. Además, como consecuencia de este trastorno pueden aparecer otros problemas, como anemia o deficiencia de hierro.

Las causas
En este caso, no podemos hablar de una única causa. De hecho, entre las más comunes se incluyen las infecciones, los tumores, la presencia de pólipos, la ingesta de determinados fármacos o el aborto espontáneo.

La menometrorragia también puede estar relacionada con un determinado periodo de vida de la mujer, como la premenopausia, pero no hay que subestimar en absoluto las señales porque también el epílogo de algo más molesto. En particular, las causas de esta anomalía del ciclo menstrual se pueden dividir en orgánicas y funcionales. El primer grupo incluye todas las enfermedades orgánicas o anomalías que afectan el útero y los ovarios, como fibromas, pólipos, inflamación o de útero (cuello uterino y el útero en sí).

Entre las causas funcionales, las hormonas juegan un papel crucial, como verdaderos protagonistas, en sentido negativo. Por lo general, el origen de la enfermedad es una alteración del mecanismo de regulación de la menstruación, pero también puede ser un cambio en el equilibrio hormonal que interfiere con el ciclo menstrual normal.

Diagnóstico y tratamiento
Antes de determinar el tratamiento más adecuado, es necesario identificar la causa. Para ello, debemos acudir al especialista, el ginecólogo y, si se lo recomienda, incluso puede ser necesario realizar algunos exámenes específicos, como histeroscopia, para comprobar el estado del útero. Identificada la causa, si no es una enfermedad o anormalidad orgánica, y es principalmente una cuestión de hormonas, por lo general el especialista prescribe un tratamiento hormonal para estabilizar el ciclo menstrual que contiene estrógeno y progestágeno.

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