La técnica diagnóstica más eficaz para la detección del cáncer de mama. Es la principal de las ventajas de las mamografías, pero ¿tiene inconvenientes? Médicos y especialistas la avalan como una prueba imprescindible, aunque no hay unanimidad entre países sobre la edad y la frecuencia con la que debe ser realizada. Vamos a detenernos en los pros y en los contras de una prueba que, según los datos oncológicos de nuestro país, en la última década ha supuesto una herramienta fundamental para lograr un aumento significativo de las tasas de supervivencia del cáncer de mama.
La mamografía es la herramienta más eficaz para adelantarse al diagnóstico del cáncer de mama, ya que es capaz de detectar las lesiones hasta dos años antes de que puedan ser palpadas. Según datos médicos, cada año se diagnostican en nuestro país más de 16.000 casos de cáncer de mama –una media de 44 diagnósticos al día- entre mujeres, fundamentalmente, de entre 45 y 65 años. Detectar el tumor en su fase inicial –cuando todavía no hay metástasis- es fundamental para aumentar las posibilidades de supervivencia. Y ésta es precisamente la principal ventaja de esta prueba de detección precoz, la cual en nuestro país se realiza a partir de los 45-50 con una frecuencia de uno o dos años (en función de las comunidades autónomas). A partir de esta edad el cáncer de mama es más frecuente y, además, las mamas de las mujeres jóvenes son más densas, por lo que la prueba resulta mucho menos sensible en estos casos.
Cuál es la edad adecuada para realizar la prueba, y con qué frecuencia, es precisamente en lo que no hay consenso, ya que por ejemplo, mientras en Europa la edad media está en los 50, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda adelantar la edad a los 40.
Mamografías ventajas
La mamografía, como método de detección precoz, se ha posicionado como el único realmente válido para detectar los tumores en sus fases iniciales, lo que no solo aumenta las posibilidades de supervivencia, sino que permite el uso de tratamientos menos agresivos con una menor repercusión sobre la calidad de vida de la mujer. La ecografía y la resonancia magnética son pruebas complementarias, en ningún caso sustituye una a la otra. Las campañas de detección precoz están indicadas para mujeres a partir de los 45-50 años, aunque si no hay antecedentes familiares no está recomendada antes de esa edad porque las mamas son más densas y más difíciles de ver.
La mamografía tiene una sensibilidad del 90 por ciento, es decir, es capaz de descubrir más del 90% de los tumores de mama. Además, permite su detección cuando aún no son palpables. La radiación de las mamografías –en concreto de los mamógrafos o aparatos para realizar la prueba- es irrelevante y no supone ningún riesgo para la mujer.
En mujeres con antecedentes familiares de tumor de mama está más indicada la resonancia magnética, aunque también existe la posibilidad de que la prueba arroje un falso positivo.
Mamografías inconvenientes
Los inconvenientes, teniendo en cuenta sus ventajas, quedan un poco en segundo lugar, aunque sí hay que atender a uno de ellos, y es cuando se produce un falso positivo, lo que obliga a realizar una biopsia. Durante el tiempo que transcurre entre una y otra prueba la duda puede generar un gran nivel de ansiedad en la mujer. Otro de los inconvenientes de la mamografía es que, según datos médicos, la mitad de las mujeres la califica como dolorosa o bastante molesta.