Maloclusión esquelética: Dientes mal alineados, problemas asociados

Maloclusión esquelética: Dientes mal alineados, problemas asociados. Las dificultades para masticar son solo uno de los problemas causados por una alteración de la mandíbula o el incorrecto alineamiento y colocación de los dientes. Un problema estético y de salud, porque detrás también se puede esconder la causa de las patologías respiratorias y musculares, entre ellas la apnea del sueño. Una vez diagnosticada, las nuevas técnicas, menos invasivas y más rápidas, aseguran su eficacia para solventar las consecuencias de la maloclusión esquelética.
 
La alteración de la mandíbula o de las posiciones dentales que dificultan acciones como masticar define la denominada maloclusión esquelética. Según datos médicos, estamos ante un problema que padece aproximadamente el 7% de la población y que no solo puede generar en un problema estético –principal motivo por el que los pacientes suelen acudir a consulta-, sino también en un problema de salud. Entre otros, la maloclusión esquelética o la incorrecta alineación de los dientes puede provocar problemas en la mordida, dificultades para masticar, dolores articulares y, en los casos más severos, apnea del sueño (alteración de la entrada de aire a través de la boca).
 
En otras palabras, no solo dificulta la masticación, sino que las alteraciones de las piezas dentales o las encías pueden conllevar problemas respiratorios y musculares.
 
La maloclusión, una vez diagnosticada, debe ser tratada, siendo el objetivo de todo tratamiento conseguir que los dientes encajen a la perfección. Tal y como hemos señalado, la maloclusión también puede derivar en un problema estético, por ejemplo el tener una mandíbula prominente, un mentón pequeño o un aumento gingival en la sonrisa. Los motivos estéticos son importantes, pero como hemos visto estamos ante un problema que requiere solución para evitar otras complicaciones a largo plazo.
 

Tratamiento

¿En qué consiste el tratamiento? Además de un tratamiento de ortodoncia, en algunos casos puede ser necesaria cirugía ortognática (para corregir la posición de la mandíbula y de los dientes, ganando en volumen y expresión facial).
 
Los avances logrados en el campo de los tratamientos han sido destacables. De hecho, las nuevas técnicas no solo alinean perfectamente la dentadura, sino que también pueden recolocar los huesos de nuestra cara en aquella posición que estéticamente más nos favorece. Las técnicas actuales –más rápidas, menos invasivas y menos dolorosas- no solo resuelven las dificultades a la hora de masticar, sino que también solventan las futuras complicaciones, al tiempo que dan respuesta a las necesidades estéticas del paciente.
 
Antes de someterse a la cirugía, la cual se aplica en función de la severidad de cada caso, los pacientes tienen que cumplir con el tratamiento de ortodoncia, en torno a 6-12 meses. A continuación, especialista y paciente valoran las posibilidades de la cirugía, siendo la intervención biomaxilar la más compleja de todas. Tras la cirugía, se realiza un leve ajuste ortodóncico para terminar de encajar las piezas dentales.
 
¿Cuándo iniciar el tratamiento de ortodoncia? Lo antes posible, es decir, en la infancia o adolescencia, para evitar complicaciones en la edad adulta y, sobre todo, eludir la cirugía.