Tienden a confundirse, pero no son lo mismo y, por lo tanto, requieren tratamientos diferentes. Es importante saber cuáles son las diferencias entre la lumbalgia y la ciática, a las que une el compartir la espalda como parte del cuerpo a la que afectan ambas dolencias. De hecho, son dos de las molestias más comunes, ya que según datos médicos se estima que 8 de cada diez personas padecerán algún dolor de espalda en algún momento de su vida. ¿Lumbalgia?, ¿ciática? Conozcamos las causas, síntomas y cómo aprender a diferenciarlas.
Lumbalgia
El dolor de la lumbalgia se localiza en la zona baja de la espalda. Resulta menos intenso y menos incapacitante para realizar movimientos cotidianos que la ciática.
Entre las causas de la lumbalgia se incluyen los traumatismos, contracturas o artrosis. También hay otros factores que pueden provocar su aparición, como el exceso de peso, relacionado en la mayoría de los casos con unos hábitos poco saludables.
Otra diferencia la encontramos la edad en la aparición. A este respecto hay que señalar que la lumbalgia puede darse a cualquier edad.
Los síntomas de la lumbalgia remiten con el descanso. Si persisten durante varios días sin que el dolor remita, conviene consultar de nuevo al médico. Si la lumbalgia sigue su progresión, a los tres días podremos levantarnos y empezar a realizar aquellas actividades que menos esfuerzos requieran. También es bueno, entre otros remedios naturales para un ataque de lumbago, es aplicar calor en la zona afectada y tomar un analgésico y relajante muscular.
Ciática
El dolor de la ciática se extiende hasta la pierna, por lo que puede ser más molesto y, sobre todo, más incapacitante porque además suele llegar acompañado de pérdida de fuerza y sensación de entumecimiento de la pierna.
La ciática aparece cuando se ven afectadas las raíces nerviosas que salen de la columna vertebral lumbar. Una contractura, una infección, una hernia discal o un ganglio comprimiendo los nervios puede provocar ciática. La osteosporosis y la artrosis también pueden ser un desencadenante.
La ciática suele ser más frecuente a partir de los 45 años.
Aunque el reposo también es bueno para la ciática, en este caso es mejor estar sentada que tumbada. La ciática es un problema de salud que conviene vigilar especialmente en el caso de las mujeres en edad posmenopáusica y con mayor riesgo de padecer osteoporosis. En algunos casos puede ser necesario recurrir también a los antiinflamatorios inyectables. Si padecemos ciática, no debemos acelerar la recuperación, ya que nuestra espalda será más vulnerable a las recaídas.
Prevención
Lumbalgia y ciática, como hemos visto, son dos dolencias con características propias, pero que comparten algunos aspectos básicos, como los consejos a seguir para evitar su aparicion. Prevenir ambos dolores está en nuestras manos, ya que no debemos olvidar que la espalda es una parte muy importante de nuestro cuerpo y, por tanto, requiere cuidados. Entre otros sencillos consejos que podemos en práctica está el mantener una postura correcta al realizar las actividades cotidianas, sobre todo cuando trabajamos muchas horas sentados o delante de un ordenador. Debemos evitar curvar la espalda a la hora de levantar objetos pesados, excedernos en el peso que podemos levantar, calentar siempre antes de realizar ejercicio físico y evitar la flexión excesiva de la cintura.
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