Hay muchos hábitos que pueden dañar la piel, y en muchas ocasiones los hacemos por costumbre, pero hay que cortar con ello. La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y el más visible, estos son motivos suficientes para extremar sus cuidados. ¿Sabes cuáles son los peores hábitos para tu piel? Te desvelamos la identidad de los principales enemigos de la piel, a los que conviene mantener alejados.
Adoptar unos hábitos saludables es invertir en salud, una premisa que podemos hacer extensiva al cuidado de nuestra piel para ganar también en belleza. De igual manera que algunos hábitos, e incluso alimentos, pueden ser nocivos para nuestra salud y bienestar, ciertos gestos o rutinas diarias pueden poner dañar nuestra piel.
Enemigos de la piel
¿Cuáles son los enemigos de la piel, las sustancias o hábitos más dañinos? Aquí te desvelamos cuáles son los malos hábitos que dañan el órgano más extenso de nuestro cuerpo y, por tanto, el más expuesto y vulnerable a todo tipo de molestias o dolencias. Para mejorar y cuidar su estado de salud, estos son los principales enemigos a combatir.
Si hay un enemigo declarado de la piel, ése es el humo del tabaco. Fumar es perjudicial para la salud, y ello incluye la piel, por lo que para evitar sus efectos nocivos lo mejor es abandonar el tabaco. Cigarrillo tras cigarrillo, la piel envejece de manera prematura.
Se puede tomar un vasito de vino para sacar partido a sus beneficios, pero no abusar del alcohol. Beber demasiado, y con frecuencia, tiene efectos negativos para la piel, ya que perderá color y brillo, pudiendo aparecer además hinchazón y enrojecimiento.
Usar cremas y productos de cosmética inadecuados para la piel puede afectar negativamente a su salud y belleza. Cada tipo de piel necesita un determinado producto o crema hidratante.
No todos los productos naturales son buenos para la piel. Puede ser que tu piel tenga alergia o se irrite con alguno de los ingredientes de estos cosméticos, por eso muy recomendable leer los ingredientes. También debes tener en cuenta el INCI de cada producto.
Al igual que prestamos atención a la elección de los cosméticos y productos de higiene, también hay que prestar atención a la limpieza de los cepillos, esponjas u otros tipos de aplicadores, para evitar que se conviertan en un vehículo transmisor de bacterias y agentes irritantes de la piel. Debes limpiar tus brochas, pinceles y cepillos con un producto específico para ellos. Y cada cierto tiempo hay que renovarlos.
El cuidado de la piel significa prestar más atención a la prevención. Así, es aconsejable realizar, al menos una vez al año, una visita al dermatólogo para realizar un chequeo y verificar que no existen anomalías o aparición de señales de riesgo (por ejemplo, lunares o manchas sospechosas).
Una dieta saludable, rica en frutas y verduras, así como en fibra y en una buena dosis de agua, es la mejor aliada para asegurar que nuestra piel recibe todo los nutrientes que necesita cada día. Hay que evitar los alimentos nocivos para la piel, y entre ellos se incluye la comida basura o con exceso de grasas y azúcares, ya que además de perjudicar la piel también nos hará perder la línea y ganar peso.
La piel alrededor de los ojos es la más fina y delicada, por lo que requiere una dosis extra de cuidados, evitando el roce y utilizando las cremas adecuadas. Si el problema son las ojeras o bolsas, la dieta también te puede ayudar.
La práctica de ejercicio físico es bueno para la salud en general, y en concreto para la piel ya que estimula la microcirculación y la oxigenación de los tejidos.
La exposición excesiva y sin la debida protección (cremas solares) es un enemigo declarado de la piel, uno de los hábitos más perjudiciales para su salud y belleza.
Para limpiar la piel, sobre todo cuando se aplica maquillaje, es fundamental realizar una limpieza a fondo, con una limpiadora, un tónico y aplicando una crema hidratante al terminar, para eliminar todos los restos que de otro modo pueden obstruir los poros.
Cuando se realiza una limpieza profunda del rostro se suele utilizar vapor facial. Pero, en realidad el vapor rompe los capilares y puede aparecer rosácea. Además, las máquinas de vapor pueden tener hongos y moho, por lo que es mejor evitar los vapores faciales o las saunas. Como alternativa utiliza retinol o almohadillas de ácido glicólico que son perfectas para limpiar los poros.
Esto es una mentira. Todas las personas necesitan proteger su piel. Todo el mundo necesita usar un SPF 30 todos los días, tanto en verano como en invierno, independientemente del color de tu piel.
Este hábito puede ser muy dañino para tu piel. Los exfoliantes son agresivos, por lo que debes utilizar uno suave y como mucho una vez a la semana.
Comer demasiado azúcar puede perjudicar la piel de manera irreversible. Puede causar envejecimiento, acné, hinchazón… por lo tanto ten cuidado con el abuso de azucares.
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