Existen varios alimentos que son bastantes perjudiciales para nuestro sistema y que pueden atacar al cerebro
Todos los alimentos que comemos no son buenos y tampoco tienen que ser saludables. Por eso tenemos que tener una mayor conciencia con la ingesta de esos nutrientes que no nos ayudan para nada a proteger la salud de nuestro organismo. Una dieta idónea contribuye a que nuestro cerebro mantenga una vida llena de juventud y energía y que sobre todo tenga un mejor funcionamiento en cuanto a elementos cognitivos como la memoria, el aprendizaje y el razonamiento. De esta forma evitaremos males neurodegenerativos y que nuestro estado de ánimo se estabilice. ¿Ves por qué es tan importante nuestra alimentación?
Casi en el cien por cien de los casos las enfermedades dan la cara porque hemos descuidado nuestras defensas y aquí se produce un desequilibrio dentro de nuestro cuerpo. Una buena alimentación es la mejor gasolina para mantener en perfecto estado de revista nuestro organismo.
Uno de esos nutrientes que tenemos que ir abandonando progresivamente es la sal. El exceso de sal refinada es un riesgo para la salud, ya que produce hipertensión arterial que afecta directamente al cerebro y que conlleva problemas con la retención de líquidos. La sal de mesa no es lo mismo que la natural, que es mucho más saludable por lo que es mejor no abusar de ella echando sal a alimentos que no lo necesitan.
Nuestro cuerpo se ve perjudicado por alimentos tóxicos
Las bebidas gaseosas o carbonatadas tampoco son buenos compañeros de viaje en nuestras comidas. Estas tienen importantes cantidades de ácido fosfórico y sodio, que al igual que la sal son el causante de la hipertensión arterial que conlleva una mala circulación por los vasos capilares del cerebro y que producen trastornos cerebrovasculares. Las bebidas gaseosas endulzadas conllevan a que con el tiempo podamos sufrir una merma en nuestra capacidad intelectual, además de provocar enfermedades cognitivas y seniles.
Más enemigos de una buena alimentación son las grasas saturadas, también llamadas grasas malas que son frecuentes en nuestra dieta. Esta se encuentran sobre todo en comidas rápidas, en las frituras y en productos que vienen de pastelería. Seguro que no eres consciente de que la comida basura está relacionada con un aumento de agresividad, de irritabilidad y de hiperactividad. Además, la ingesta de esta comida lleva a provocar problemas con las proteínas del cerebro.
Por otra parte, las grasas trans también son negativas porque pueden incrementar el beta-amiloide, una proteína a la que se le acusa de generar la enfermedad del Alzheimer.
Por último, hablamos de el alcohol que no aporta nada bueno a nuestro organismo en cuanto a nutrientes y si un extra de calorías para nuestro cuerpo. Tampoco los alimentos procesados o precocinados son indicados para tener un sistema nervioso central estable. Ellos pueden conllevar un aumento de enfermedades también neurodegenerativas y que, por ejemplo, la demencia aparezca como una enfermedad que venza a nuestro sistema.