A lo largo del día experimentamos multitud de sentimientos, y en la mayoría de los casos sin que apenas les prestemos atención. Los sentimientos, en términos psicológicos, se pueden definir como la expresión subjetiva de una emoción, la primera reacción ante un estímulo. Esa respuesta puede ser tanto física como mental, y en ella interfieren diferentes neutransmisores, como la serotonina, dopamina y noradrenalina. Los pensamientos perduran más que las emociones, en concreto el tiempo que dediquemos a pensar en ellos. ¿Cuáles son los sentimientos más comunes?, ¿cuál es su significado? Los pensamientos son el mejor reflejo de lo que somos, y conviene aprender a diferenciarlos porque no todos son positivos. Aprender a gestionarlos nos ayudará a mejorar el bienestar emocional y físico.
Sentimientos positivos y negativos
Los sentimientos positivos nos ayudan a ser más creativos y emprendedores, nos estimulan y, en definitiva, nos hacen sentir bien y mejoran nuestro estado de ánimo. Por su parte, los sentimientos negativos son aquellos que nos provocan malestar, incomodidad e, incluso, frustración e infelicidad.
Todos, en algún momento, hemos experimentado una sensación de subidón. Eso es, en términos coloquiales, la euforia, un intenso sentimiento de felicidad, bienestar, júbilo. La euforia nos hace sentir que todo es maravilloso a nuestro alrededor.
Ver el lado positivo de las cosas es estimulante y más fructífero que dejarse llevar por los pensamientos negativos, los cuales solo te robarán energía. El optimismo nos hace ver nuevos retos en lugar de oportunidades perdidas, y eso nos hace sentir mejor.
Sentir estima hacia otra persona, un sentimiento positivo que reconocemos cuando notamos que hemos conectado con alguien desde el primer momento.
El sentimiento de gratitud que sentimos hacia alguien, ya sea por la relación que hemos establecido con esa persona o por el reconocimiento hacia algún gesto o favor que nos haya dispensado.
Aquello que nos produce una sensación agradable. La reacción contraria sería el desagrado.
Sentimiento que nos hace ver de una manera especial a otra persona por sus cualidades o por el afecto que nos hace sentir. La admiración es un sentimiento positivo y hermoso, porque también puede estar detrás de la fase de enamoramiento.
Es uno de los sentimientos que nos hace reconciliarnos en muchos casos con nosotros mismos. Podemos sentir satisfacción por algo que nos haya sucedido a nosotros o a otra persona, cuando nos une un vínculo especial con ella. La satisfacción de conseguir algo reporta bienestar pleno.
Es uno de los sentimientos más difíciles de definir y que cada uno sentimos de una manera diferente. Pero el amor, sin duda, hace salir al exterior lo mejor de cada uno de nosotros.
Todos, en algún momento, hemos sentido tristeza, en algunos casos acompañada de una mayor disposición a llorar. La tristeza puntual, ante una pérdida o una separación, no es mala en sí, sino un sentimiento natural y una respuesta lógica. El problema radica si persiste y se convierte en el estado de ánimo cotidiano.
La impaciencia nos hace más vulnerables a sentir frustración, sentimiento de culpa por no haber hecho las cosas bien, malestar… El sentimiento de impaciencia es el reflejo de la necesidad de tener algo en el menor tiempo posible.
El enfado es un sentimiento que suele estar relacionado con la sensación de malestar o incomodidad que nos provoca algo o alguien. Tener que hacer algo que nos desagrada o molesta nos puede hacer sentir enfado.
Un nivel superior al anterior sería el sentimiento de odio, uno de los sentimientos negativos más fuertes y tan complejo como el del amor en el caso de los sentimientos positivos.
Los celos son un sentimiento que denota inseguridad y miedo ante la posibilidad de perder a alguien. Los celos pueden convertirse en un serio problema emocional que nos haga perder el control y la autoestima. Los celos están estrechamente relacionados con el amor.
Sentir que queremos algo de lo que carecemos pero sí tiene esa persona hacia la que manifestamos un fuerte sentimiento de envidia, un sentimiento que delata la falta de confianza y seguridad en uno mismo.
Lo que sentimos ante una situación o problema generado por una causa que consideramos injusta. El nivel de indignación es subjetivo, y depende de qué manera nos afecta a nivel personal.
El sentimiento de querer vengar a alguien no siempre se traduce en acción. Suele llevar implícito otro sentimiento de enfado, indignación y odio.
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